“Cada 8 de noviembre se conmemora el Día del Trabajador Municipal y por ello un gran abrazo a todos los compañeros municipales que diariamente sumamos nuestro esfuerzo para que marchen cuestiones esenciales para la ciudad”, destacó el referente sindical y empleado municipal, Jesús Chirino.
En un escrito enviado a nuestra Redacción, abonó: “Hoy (por el jueves) en el Concejo Deliberante algunos concejales hablaron de reconocimiento a los empleados del Estado local. Todo fue muy bien hasta que alguien recordó los altísimos niveles de precarización laboral entre los empleados de la comuna. Para alguien que habló en el lugar la cosa pareciera no importar mucho y celebró que no existan marchas y quema de gomas. Una lástima pues los derechos a ser empleados de planta permanente, a tener vacaciones pagas, aportes jubilatorios a la caja que corresponde -que les aseguraría jubilarse como empleados municipales- a estar regidos por un solo convenio colectivo de trabajo y no al doble estatuto que actualmente existe, y tantos otros derechos cercenados a los empleados precarizados no deberían ponerse en duda. Pero no, alguien prefiere celebrar la docilidad y quizás el temor que provoca saber que el puesto de trabajo depende del humor del funcionario político de turno”.
“Qué lástima que se hagan oídos sordos a los derechos, que no se dialogue a partir de una premisa: no deben existir derechos cercenados”, remarcó Chirino.
Recordó que “hace unos doce años el municipio de Villa María no llegaba a tener cien trabajadores contratados, lejos de ir cumpliendo con el pase a planta permanente de empleados esa cifra fue aumentando y se le agregó la explosión de trabajadores a los que no se les reconoce la relación laboral haciéndolos figurar como “prestadores de servicio”, “facturantes”. Esa es la realidad, la única verdad dijo alguien a quien algunos concejales conocen -otros sólo lo nombran-. Y esa verdad dice que existe la necesidad de que los empleados municipales tengan el reconocimiento de sus derechos, asegurado en las leyes pertinentes. Sería bueno entender eso como una deuda y ponerse a dialogar, en serio, de cómo se hace para revertir la tendencia que hasta ahora marca que cada vez existen más empleados precarizados. El día que pueda hacerse eso, sonarán mucho más sinceros los reconocimientos oficiales a las maestras, enfermeros, trabajadoras sociales, electricistas, choferes, psicólogos, administrativos, médicas y tantos otros laburantes que esperan se les respeten sus derechos”.
“Un abrazo a todos los compañeros municipales, y pongámonos en movimiento para lograr ese día”, concluyó Chirino.