Fallecido en 1946, fue un economista británico considerado como uno de los más influyentes del Siglo XX. Su obra Teoría general del empleo, el interés y el dinero, fue publicada en 1936 como respuesta a la Gran Depresión de 1929. En ella, refutaba la teoría clásica de acuerdo a la cual la economía, regulada por sí sola, tiende automáticamente al pleno uso de los medios de producción, incluyendo el capital y trabajo: los costos de todo lo que se produce están cubiertos por todo lo que se vende, todo lo que se vende es igual que todo lo que se compra… Keynes demostró, entre otras cosas, que hay un importantísimo volumen de dinero que ni se usa para comprar ni se ahorra en los bancos (desde donde se podría introducir al mercado vía créditos a la producción y al consumo), sino que se mantiene "en el bolsillo" o como reserva líquida.
De ahí que en momentos de crisis se hace necesaria la intervención del Estado para controlar la marcha de la economía. El control se ejercía mediante la inversión presupuestaria, que se llamó política fiscal. La justificación para actuar de esta manera, parte sobre todo, del efecto multiplicador que se produce ante un incremento en la demanda agregada.