No es la primera vez que la Iglesia argentina se pronuncia sobre el narcotráfico, pero en el último documento los obispos fueron contundentes expresando el temor por el punto de “no retorno” al que está llegando nuestro país.
Samuel Jofré, obispo de Villa María, dialogó ayer con la prensa sobre el tema, indicando que la situación actual “con estos delincuentes llegando a ámbitos de poder genera más impunidad, lo que representa más muerte para la juventud argentina”.
Si bien aclaró que no tiene pruebas para decir que el narcotráfico está enquistado en el poder, señaló que “hay signos que evidencian que el avance del problema no podría haber sido tal sin complicidades”.
Igual, entiende que no podría haber tenido lugar el alto consumo en Argentina “de no existir el malestar espiritual que está presente en las diferentes capas de la sociedad. No habría narcotráfico sin demanda y no habría demanda sin ese malestar espiritual”, dijo.
En ese punto, hizo una autocrítica de la Iglesia “que al parecer no es tan eficiente en la tarea de evangelización, porque nuestra misión es darle a las personas las herramientas para que puedan sobrellevar con fortaleza ese padecimiento”.
De todas formas, entiende que la cuestión se origina en múltiples factores, entre ellos, mencionó la crisis de la familia. “Indudablemente que es más vulnerable un chico con una familia mal constituida”. “Pero ciertamente hay otros factores”, agregó, mencionando “los ambientes educativos y la represión policial”.
“Muchas veces constatamos el desaliento de las fuerzas de seguridad por el tratamiento que el Poder Judicial le da a esta temática”, dijo.
“En los pueblos chicos, los fieles nos dicen que conocen a los adictos y a los que venden; y se preguntan cómo es posible que no lo sepan las autoridades”, agregó.
Droga, mentiras e inflación
Mencionó también una cuestión social como causante de la problemática de las adicciones.
“La mentira, por ejemplo, que está enraizada en distintos ámbitos, como la escuela. Se sabe que está mal copiar y, sin embargo, está extendida esa costumbre. También se miente constantemente en las relaciones comerciales. Y en la vida pública, la situación de la inflación es clamorosa. Tenemos una inflación muy alta y el hecho de que no se reconozca, que se mienta al respecto, es un agravante; porque la inflación es grave, pero más grave es que se mienta al respecto”.
Sobre la Diócesis
A seis meses de estar como obispo de Villa María, dijo que “sería irresponsable decir si hay más o menos droga que en otros lados. Pero ciertamente que recibo testimonios y no sólo de drogas, sino de algo más grave, que es el alcoholismo. Veo que los padres tienen una gran pasividad frente al consumo de alcohol de los adolescentes. Este hecho no es exclusivo de Villa María, pero es tan grave que hay que saber que ese consumo les abre la puerta a las drogas”, concluyó el obispo.