Siete años lleva ya recorriendo el país y sus inmediaciones con Abel Pintos, figura consagrada del espectáculo argentino y reciente premio Gardel de Oro.
Luis Alejandro López está encargado de operar los monitores en los shows del cantante y es parte de una troupe que transita las rutas cultivando mientras tanto la amistad y la camaradería.
"Luisito", villamariense fanático de su ciudad y de San Lorenzo de Almagro, está afincado ahora en Buenos Aires, desde donde parte el equipo de 17 personas a las distintas actuaciones, que ya suman la friolera de 15 por mes.
La última semana debió ser remplazado en la consola, porque vino a Villa María a acompañar a Verónica, su esposa, que dio a luz a su segunda hija, a la que llamaron Valentina.
El nacimiento se produjo el domingo 3 y al sábado siguiente los tres, junto con Costanza, la hija mayor, fueron a ver al grupo Triama al salón del Club Banco. Es que la ligazón con la música es muy fuerte en la familia: Verónica Carreño, mendocina ella, fue bailarina y asistente de producción hasta no hace mucho.
"Marcelo Aranda es un amigo y lo que hace Triama es maravilloso", comentó a EL DIARIO, López, acostumbrado a ver espectáculos como sonidista no sólo de Pintos, sino de Los Nocheros, Patricia Sosa, Axel, Facundo Toro, Luis Salinas, Raly Barrionuevo y otras figuras.
También desde su lugar en el show, ha visto crecer la figura de Abel Pintos en la consideración popular, a límites impensados: "Humanamente el pibe es un divino, da mucha paz interior. Siempre quiere estar compartiendo con nosotros, pero ahora ya es imposible que compartamos una comida en un lugar público, porque es incesante el pedido de autógrafos, fotos y saludos".
Su historia artística no arrancó en los potenciómetros, los cables y los altavoces, sino como ejecutante de batería para Pocho La Pantera. Su oficio de técnico electrónico pudo más y el destino lo llevó a ubicarse fuera del escenario.
Obsesivo por su profesión, Luis concurre a cuanto curso de audio se entere, mientras se apresta a aprender inglés, idioma que necesita cada vez más en su contacto con artistas extranjeros.
Su trabajo sólo le permite pasadas rasantes por su casa de barrio Los Parques, donde suele llevarse en un tupper porciones de locro de su legendaria abuela, doña Hortensia.
"Abel es también un obsesivo en lo suyo: hace gimnasia dos veces al día y vocaliza una hora diaria. Se cuida en las comidas y lee de todo, con lo cual saca ideas para componer sus canciones", cuenta Luis, conocido en el grupo como "Viejo", "Lulú" o "Cordobés".
El sábado, Aranda destacó su presencia como la de "un villamariense que ganó el Gardel de Oro".
Esta semana el flamante papá volvió a su labor, en cuya agenda están Rosario, el 22 y Córdoba el 23 de noviembre.