En lo que va del año, hubo más de 600 denuncias por violencia familiar en Villa Nueva. Es el doble que las que se registraron en 2012, según revelaron ayer desde el Departamento para la Prevención y Tratamiento de la Violencia Familiar, en la que se trabaja en red entre el municipio, la Policía y el Juzgado de Paz de la ciudad.
La sargento Verónica Villegas precisó que ya se tramitaron 600 expedientes. Pero, además, el municipio recibe otras denuncias que no llegan a la sede policial, por lo que los casos son más.
Silvia Jara, Mariana Rodríguez, Sara Pereyra, Alejandra Secundino y Eliana Onnainty, del equipo municipal, consideraron que el crecimiento de hechos expuestos no está relacionado con mayor violencia, sino conque la gente “se anima a denunciar y hablar más”.
Los datos fueron develados en una conferencia de prensa que se realizó en la mañana de la víspera para anunciar actividades vinculadas al Día por la No Violencia, que es el 25 de noviembre.
Mujeres en la generalidad de los casos
Las especialistas y la funcionaria policial precisaron que la mayoría de las víctimas de violencia que se han acercado a pedir ayuda son mujeres. Hay pocos hombres. Sí, claro, hay niños en situación de violencia.
Se estimó que de los 600 expedientes, en 400 la jueza de Paz determinó restricciones de contacto y en el resto directamente hubo exclusiones del hogar del presunto agresor.
En varias situaciones, debieron resguardar de inmediato a la víctima. En este aspecto, las integrantes del Departamento precisaron que la comuna trabaja con un hotel de Villa María para darle contención a la persona en las primeras horas, hasta que se busca con su familia una vivienda (o regresar al hogar ante la exclusión de la pareja).
Jara resaltó que “el Estado debe proporcionar un lugar por un lapso determinado (son 72 horas); lo marca la ley”.
Contaron que hay mucha reincidencia: las víctimas suelen retornar con los victimarios, por diversos motivos. Y suelen rechazar la ayuda psicológica.
Las entrevistadas indicaron que las denuncias en las que interviene la Policía (y la jueza de Paz, para obtener una medida rápida) son elevadas luego al Juzgado de Violencia de Villa María, a cargo de la jueza Cecilia Fernández.