Con la participación de representantes de las 59 localidad del país en el que se aplica el sistema de Presupuesto Participativo, se está llevando a cabo el encuentro de esa temática en el Centro Cultural Leonardo Favio.
En los paneles se pudo conocer la experiencia de ciudades de otros países latinoamericanos, como la de Montevideo (Uruguay) y Porto Alegre (Brasil).
Cabe señalar que en nuestro país, sólo el 4% de los municipios aplica el sistema de Presupuesto Participativo y en la provincia de Córdoba, sólo tres son los que lo llevan adelante: Villa María, Córdoba Capital y Unquillo.
En el acto inaugural, el intendente Eduardo Accastello destacó iniciativas locales que procuran la participación de los vecinos, como la elección del intendente de los niños y el Concejo Deliberante Estudiantil.
Habló de su iniciativa para aplicar el Plan Trienal Participativo (PTP) por la cual, los vecinos pueden discutir el destino de los fondos (a excepción de los destinados a servicios básicos y personal) para aplicarlos en un proyecto de ciudad.
Igual aclaró que no piensa que “el poder popular radica en el debate de los presupuestos públicos, sino en discutir con los actores de la comunidad todo lo que hace a la red económica, que muchas veces pasa por el costado de nuestras decisiones”, aclarando que en el mejor de los casos, Villa María discutiría el destino de 500 millones de los fondos públicos, cuando el PBI de la ciudad es de 13.000 millones.
Finalmente, afirmó que el “gran ausente” de este debate son las provincias argentinas que siguen sin aplicar el modelo participativo.
A su turno, Oscar González, de la Secretaría de Relaciones Parlamentarias de la Jefatura de Gabinete de la Nación, habló del Programa Nacional de Presupuesto Participativo que difunde las bondades del sistema con diferentes acciones, entre ellas, la realización de encuentros como el que se está llevando a cabo hasta hoy en Villa María.
Dijo que cada Municipio que lo adopta le imprime su característica, aunque destacó las experiencias acreditadas por el tiempo que la tienen en práctica de ciudades como Morón, Rosario y La Plata.
“Es un sistema en que el vecino opina, decide en qué se gastan los fondos públicos y lo que es muy importante, controla”, explicó. Asegura que “esto no colisiona con la democracia representativa. Nosotros decimos que tiene que haber una democracia continua y no intermitente”, definiendo a ésta última cuando el único modo de participación es la elección de los gobernantes.
Desde Montevideo
Gastón Silva, intendente de Montevideo (Uruguay) destacó que desde 2006 vienen sometiendo a la consideración ciudadanas proyectos de toda naturaleza, como “la construcción de un espacio público, un salón comunitario o espacios deportivos”.
Cada proyecto es sometido a un estudio de viabilidad técnica y los que pasan esa evaluación, se votan estableciendo prioridades. A cada proyecto le asignan una partida de aproximadamente 100 mil dólares “los que, sumados, representan dentro del presupuesto de la intendencia un 15%”.
Desde Porto Alegre
Raúl Pont, exalcalde y actual diputado provincial por Porto Alegre (Brasil), señaló que el debate del Presupuesto Participativo abre la puerta para buscar formas de democracia participativa, diferente de la actual (representativa).
Es la ciudad que comenzó a aplicar el sistema con la llegada del Partido de los Trabajadores (PT) al Gobierno y en la que pudieron afianzarlo en 16 años de gestión, “e incluso, cuando nuestro partido perdió, el nuevo Gobierno siguió aplicándolo porque ya está instalado”, afirmó Pont.
“Cuándo comenzamos la gestión, sabíamos que queríamos gobernar con participación popular, pero no sabíamos cómo”, señaló. Así fue como conformaron grupos de trabajo con los vecinos, reunidos según la temática, “procurando educar a los ciudadanos para pensar en la ciudad como un todo. Así tenemos que en poco tiempo, la gente se fue transformando en especialista de transporte o de salud”, por citar ejemplos.
Paralelamente, modificaron el sistema de recaudación y de funciones de los municipios; es decir que les correspondía un porcentaje mayor de los impuestos, pero también comenzaron a ser responsables de más servicios, como el Sistema Unico de Salud y la educación de la infancia.
Como resultado, en 16 años, Porto Alegre casi quintuplicó el presupuesto social (salud, educación, vivienda, asistencia social) a demanda de los vecinos. “Y obviamente que no se quintuplicó el Presupuesto general, sino que sacamos de la burocracia y de obras no indispensables para la gente”, concluyó.