Después de una dura contienda con su deteriorada salud, el inefable y siempre cordial Luis Naldo Aráoz, “el Lalo” para los amigos o "la Mechuda" para los viejos aficionados del fútbol cuando lucía la camiseta de Unión Central, el sábado, a los 73 años, plantó la bandera en el último hoyo del campo imaginario de golf que abrazó con pasión, con la siempre compañía de un selecto grupo de amigos y se fue en búsqueda de nuevas travesías.
A sus condiciones naturales de deportista correcto y cabal, le sumó siempre la cuota de espontánea alegría y buen humor que a veces esgrimía con finas y sarcásticas ironías. Una sonrisa a flor de labios alejaba cualquier tipo de discusión.
Sobrevivío varios años gracias al trasplante de un riñón. Ahora, sobrevivirá por siempre en el recuerdo de quienes tuvimos el privilegio de disfrutar de sus condiciones de auténtico caballero.