Un albañil tiopujiense fue condenado ayer a seis años de prisión efectiva luego de que admitiera haber abusado sexualmente de dos jóvenes hermanas, integrantes de su entorno familiar, además de golpear y amenazar a su esposa.
Se trata de Mariano Javier Chiappero, de 38 años de edad, quien fue declarado autor penalmente responsable de los delitos de “abuso sexual gravemente ultrajante reiterado” (cuatro hechos), “tentativa de abuso sexual con acceso carnal agravado reiterado” (dos hechos), “lesiones leves”, “amenazas”, “daño” y “desobediencia a la autoridad”, en el marco de un juicio de trámite abreviado realizado en la Cámara del Crimen local.
Chiappero, con último domicilio en barrio General Roca de esta ciudad, se encuentra detenido desde el 15 de enero pasado, pero los ilícitos por los que se lo condenó fueron cometidos entre 2004 y 2011, primero en la vecina localidad de Tío Pujio y luego en Villa María.
Como los hechos más graves fueron de instancia privada, la audiencia de debate se realizó a puertas cerradas en el recinto ubicado en el quinto piso de Tribunales. Sin embargo, pudo saberse que los abusos sexuales tuvieron como víctimas a las dos hermanas cuando todavía eran menores de 18 años, mientras que los otros episodios de violencia familiar alcanzaron a la esposa de Chiappero.
El proceso oral fue presidido por el camarista René Gandarillas y contó con la participación del fiscal Francisco Márquez y del abogado defensor Marcelo Martín Silvano, mientras que la secretaria actuante fue Gabriela Sanz.
La confesión lisa y llana de los hechos por parte de Chiappero, sumado a que carecía de antecedentes, le permitieron acceder al mínimo de la pena prevista por la legislación vigente.
En principio, este convicto primario podrá solicitar la “libertad condicional” cuando cumpla las dos terceras partes de la condena (es decir, cuatro años, a mediados de enero de 2017), aunque eso no implica que dicho beneficio se le vaya a conceder de manera automática.
En efecto, llegado el momento no sólo deberá haber observado buena conducta durante todo el período de detención, sino que tendrá que sortear una exhaustiva pericia psicológica que acredite que se encuentra en condiciones de reinsertarse socialmente. Y aún así, la última palabra la tendrá el Juzgado de Ejecución Penal.