­-¿Esto qué es?

-Maíz

-¿Para qué sirve?

-Para los pollos

-¿Esto qué es?

-Alfalfa

-¿Para qué sirve?

-Para las vacas

-¿Esto qué es?

-Soja

-¿Para qué sirve?

Para vender

El diálogo se dio ayer, bajo un gazebo instalado en la planta láctea La Cenobia, donde asistieron unos 90 alumnos de escuelas rurales en una jornada sobre Valor Agregado en Origen impulsada por la familia Barrenechea, propietaria de la usina láctea y el INTA Villa María.

La iniciativa tuvo por finalidad motivar a los estudiantes primarios para que conozcan cómo se puede agregar valor a la producción de la región.

Los chicos se dividieron en dos grupos para participar de sendas charlas.

En la primera, el ingeniero Pomba les explicó didácticamente el proceso de producción tambera, haciendo preguntas básicas que los alumnos, acostumbrados a la práctica rural, pudieron responder.

La importancia de saber que lo que se produce en el campo no es sólo “para vender”, como fue la respuesta que dieron en el caso de la soja, fue lo que motivó a los organizadores a realizar la actividad.

Para graficar la charla, expusieron en parvas las raciones de diferentes alimentos (alfalfa, maíz y soja, entre otros) y un tanque con capacidad para 120 litros, que es la cantidad de agua que consume una vaca por día. 

Para cerrar la explicación, mostraron 25 sachets de leche, dado que es la producción promedio diaria de un ejemplar.

“Los chicos están acostumbrados al sector lácteo, pero ven hasta que el camión viene a buscar la leche al tambo. Quisimos mostrar el después, el proceso de producción”, dijo Sergio Dequino, titular del INTA Villa María.

Fue por eso que en la segunda charla, de la que participó también la escuela de lechería, fue dentro de las instalaciones de La Cenobia, en la que les mostraron cómo la producción primaria convierte en alimentos para la mesa familiar esa materia prima.

“La iniciativa surgió por doble vía: una, de La Cenobia, en el marco de su programa de Responsabilidad Social Empresaria y la otra, desde el INTA, con los nuevos proyectos territoriales que tenemos, para empezar a sembrar sobre lo que significa el valor agregado, que es la bandera que tiene la institución para los próximos años”.

A su turno, Angel Barrenechea, por parte de la empresa, señaló que quisieron presentar de manera simple lo que significa el Valor Agregado en Origen, “algo que está muy en boga en la actualidad”.

Al hablar de su emprendimiento, este profesional, docente, extitular del INTA Villa María y productor lechero, dijo que no dudó en iniciar la actividad industrial “para sumar empleo y aprovechar todos los recursos que existen en la ciudad”, dijo.

“Tenemos la producción de materia prima a 800 metros de la planta. Construimos la fábrica con tecnología íntegramente desarrollada en Villa María, a través de la empresa ETI y contamos con recursos humanos, con chicos egresados de la escuela de lechería y de la Universidad Nacional de Villa María”, expresó.

“Es una manera de mostrar en la práctica lo que se habla acerca de la soberanía alimentaria”, agregó.

Actualmente, La Cenobia está comercializando principalmente la marca Nueva Villa de quesos duros, barra y cremoso, a partir de la elaboración de 17 mil litros diarios, producidos por la misma empresa. Están llegando a varias provincias argentinas.

 

Voces

 

Participaron unos 90 alumnos de las escuelas Lorenzo Suárez Figueroa, Amadeo Sabattini, Güemes, Tomás Godoy Cruz, Ricardo Gutiérrez y Esteban Echeverría, acompañados por algunas madres y docentes.

“Tengo dos chicos en la escuela Lorenzo Suárez, vivo en el campo y mi marido trabaja en la empresa. Estamos contentos de estar acá y la verdad, es que no cambio por nada la vida rural”, dijo Mónica, mamá de estudiantes de la Escuela Lorenzo Suárez.

A su turno, Alejandra, la directora, dijo que a esa institución “asisten mayoritariamente los hijos de empleados, tanto de tambos como de campos dedicados a la producción agrícola”. “Estamos contentos con esta actividad porque los chicos pueden ver a donde llega la materia prima que sus padres producen”, concluyó.