La tarea del tambo exige el compromiso de toda la familia y por esa razón, varias mujeres participaron de la capacitación de ayer en La Herradura.
Tal el caso de Claudia Ferreyra, quien trabaja en el tambo hace 20 años. "Vengo para aprender porque algunas cosas tienen ventajas y otras, contras. Me gusta mucho el tambo y creo que en charlas como ésta aprendemos a hacerlo cada día mejor".
A su turno, Micaela Bulique, quien trae experiencia en el tambo, pero actualmente no está trabajando. "Espero entrar en poco tiempo a trabajar y por eso quiero aprender a criar bien a los guachitos", dijo.
Finalmente, Mónica Riqué, madre de dos hijos, señaló que trabaja en el tambo desde hace un año y seis meses. "No tengo mucha experiencia, así que vengo para aprender. Todos los días voy a trabajar a la guachera a las seis y vuelvo a darles agua a las 10. En el medio, mando a mi hijo más grande a la escuela, despierto al más chiquito y lo vigilamos desde el tambo", señaló.