Luego de 41 días de espera, se reanudará hoy el juicio que se le sigue al comerciante villamariense Fabián Luis Sigifredo, sospechado de haber sometido a tocamientos y manoseos impúdicos a una sobrina menor de edad.
La cuarta audiencia de debate de este accidentado proceso oral, que se inició el viernes 12 de diciembre pasado, fue programada para dar comienzo a las 8.30, oportunidad en la que el tribunal y las partes receptarán el testimonio de la psicóloga cordobesa Graciela Cuenca.
La referida profesional es integrante del Departamento de Psicóloga Forense del Poder Judicial de la provincia y había sido citada para comparecer el martes 23 de diciembre, pero un problema de salud que afectaba a uno de sus hijos (por el que se encontraba de licencia “por tiempo indeterminado”) le impidió viajar a Villa María para declarar en esta causa que la tuvo como perito oficial.
En efecto, Cuenca fue quien suscribió el informe de la primera sesión de Cámara Gesell a la que fue sometida la niña presuntamente abusada por Sigifredo durante la madrugada del 1 de enero de 2003 en su vivienda de barrio Palermo, en el marco de una celebración familiar de Año Nuevo.
Según pudo saberse ayer, la Secretaría de la Cámara del Crimen se contactó con la psicóloga, quien comprometió su presencia para la jornada de hoy en Tribunales, luego que la defensa del comerciante acusado insistiera reiteradamente sobre su comparendo.
Uno de los aspectos esenciales por lo que se requirió la declaración de Cuenca radica en que la filmación de aquella pericia técnico-jurídica jamás apareció. En realidad se desconoce si el vídeo se grabó o si, como presumen algunos, desapareció “misteriosamente”.

Ultima testigo

La psicóloga radicada en la capital provincial es la última testigo convocada por la Justicia para este proceso oral, por lo que se presume que luego de escuchar su declaración, el juez René Gandarillas (presidente del tribunal), el fiscal Félix Martínez y los abogados Marcelo martín Silvano (representante de la querella particular) y Carlos Ríos (defensor de Sigifredo) resolverán cuándo se pronuncian los alegatos, paso previo al dictado de la sentencia.
Puede ocurrir que las partes acuerden alegar hoy mismo, aunque todo indica que habrá un cuarto intermedio de 24 ó 48 horas antes de que los acusadores y la defensa expresen sus conclusiones.
Salvo que se produzca algún incidente jurídico que vuelva a dilatar la definición del debate, está decidido que el juicio concluya a más tardar el viernes, no sólo por las suspensiones que ya tuvo el proceso, sino porque la Cámara del Crimen tiene otras audiencias programadas para los próximos días.

Cuatro pericias

Cabe recordar que la menor debió ser sometida a cuatro pericias a lo largo de este proceso penal: la primera fue en el Centro de Asistencia a la Víctima del Delito que funciona en Villa María; la segunda se realizó en Córdoba, en el marco del “Programa de Abordaje Integrado del Niño Víctima de Maltrato Físico y/o Psíquico o de Delitos contra su Persona, su Libertad o su Integridad Sexual” (más conocido por la sigla PAN); la tercera fue la Cámara Gesell cuya filmación nunca se pudo ver, y la cuarta una nueva sesión de Cámara Gesell, en este caso llevada a cabo en los Tribunales locales, en octubre de 2006.
Salvo en el informe confeccionado por la psicóloga cordobesa, las demás pericias comprometen seriamente la situación procesal de Sigifredo.


La acusación

Como es de dominio público, Sigifredo está siendo juzgado como presunto autor de “abuso sexual simple” en perjuicio de su pequeña sobrina y ahijada.
Según la acusación, el comerciante y ex rugbier habría inducido a la niña a tocarle el miembro en forma reiterada hasta eyacular, mientras el resto de la familia compartía la sobremesa de la festividad de fin de año en el patio.
Por entonces, la menor tenía apenas tres años y medio.
Finalmente, cabe señalar que en un par de semanas se cumplirán cinco años de iniciada la causa penal contra Sigifredo, quien fue denunciado por los padres de la menor el 17 de febrero de 2004, a pocos días de haberse enterado de lo sucedido aquella madrugada del 1 de enero de 2003.