La ecocardiografía de estrés es un estudio cardiológico que es utilizado combinando el estrés miocárdico (ya sea físico o farmacológico) con la ultrasonografía Doppler color (ecocardiograma).
Evalúa el movimiento de las paredes del corazón en reposo y comparándolo después con el rendimiento miocárdico durante el esfuerzo, se obtiene una serie de indicadores de isquemia inductible, esto significa la probabilidad de tener arterias coronarias obstruidas. Normalmente se utiliza el esfuerzo físico para provocar el estrés cardíaco y preferentemente la bicicleta estática, que permite obtener imágenes simultáneamente al ejercicio. Si no es posible la realización de la prueba de esfuerzo físico se utilizan fármacos que aumentan la frecuencia cardíaca (prueba de esfuerzo farmacológica)
De ser posible se realiza el ejercicio en una cinta deslizante con monitoreo electrocardiográfico continuo (similar a una prueba de esfuerzo o ergometría) para evaluar el funcionamiento y contracción del corazón en dos momentos: en condiciones de reposo y luego de realizar una actividad física controlada (estrés).
Las imágenes adquiridas antes y después del ejercicio son cuidadosamente seleccionadas, procesadas y digitalizadas para comparar la contracción del corazón en ambas situaciones. Durante el estudio además se realiza un monitoreo electrocardiográfico continuo y control no invasivo de la presión arterial.
Se utiliza principalmente para evaluar en forma no invasiva e indirecta la enfermedad de las arterias coronarias y en algunos casos precisos de enfermedades de las válvulas cardíacas, así como para realizar seguimiento de las intervenciones percutáneas como son las angioplastias. Este estudio realizado con estrés físico (como sucede en más del 90% de los pacientes) no requiere inyección de ninguna medicación específica y la literatura médica lo coloca en un lugar de relevancia respecto a otros estudios que evalúan la motilidad del corazón.
“Si bien el entrenamiento e interpretación de la técnica, (en cierta medida como en otras pruebas) se presentan como obstáculos, esto está amortiguado por el gran crecimiento de experimentados laboratorios de ecoestrés que permiten una sólida formación.
Comparada con las técnicas de perfusión, la ecocardiografía presenta ventajas en cuanto a costo y versatilidad. La mejoría en las técnicas de imagen y transductores permite una excelente evaluación en la gran mayoría de los pacientes. La combinación del eco de reposo y el de estrés permite evaluar la presencia de enfermedad estructural cardíaca. A su vez, el ecoestrés se puede realizar en la cabecera del enfermo y proveer rápidos resultados que favorecen la interpretación del paciente. La adecuada exactitud diagnóstica en diferentes escenarios clínicos, la información pronóstica relevante, la validación de la prueba en pacientes con disfunción del Ventrículo Izquierdo (VI) y su mayor valor predictivo hacen al método de primera elección frente a la prueba de perfusión”. (Revista Argentina de Cardiología)
Dr. Remo Martín Castro
Sanatorio Cruz Azul