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Sigifredo se topó con el papá de la nena, que aguardaba el inicio de la audiencia. El acusado sólo miró para adelante y pasó a su lado en absoluto silencio. En la otra foto la psicóloga cordobesa Graciela Cuenca, que declaró ayer |
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El juicio que se le sigue al comerciante villamariense Fabián Luis Sigifredo por el presunto abuso sexual de una niña, ingresará hoy en la recta final cuando la parte acusadora y la defensa pronuncien sus respectivos alegatos.
El proceso oral concluirá mañana alrededor del mediodía, oportunidad en la que el camarista René Gandarillas dictará la sentencia correspondiente, previo concederle al acusado lo que se conoce como “última palabra”.
Ayer, en tanto, se receptó el último testimonio y luego se incorporó el resto de la prueba obrante en el expediente.
Tal como se viene informando, el juicio se sustancia a puertas cerradas por tratarse de un hecho de instancia privada que, además, tiene como supuesta víctima a una menor de edad. Por esa razón ni el público en general ni los medios de prensa pueden ingresar a la sala de audiencias de la Cámara del Crimen local (ubicada en el quinto piso de los Tribunales) para conocer detalles de lo actuado.
No obstante, pudo saberse que compareció el octavo y último testigo citado por las partes. Se trata de la psicóloga cordobesa Graciela Cuenca, integrante del Departamento de Psicología Forense del Poder Judicial de la provincia, quien declaró en relación a una entrevista efectuada a la menor.
Tras el comparendo de la profesional, el juez Gandarillas y las partes acordaron un cuarto intermedio hasta hoy a las 8.30, ocasión en la que expresarán sus conclusiones el fiscal de Cámara, Félix Martínez (acusador público); el representante de la querella particular, Marcelo Martín Silvano (acusador privado), y el defensor de Sigifredo, el abogado riotercerense Carlos Ríos.
En tanto, la “última palabra” y la sentencia quedarán para la sexta y definitiva audiencia de este resonante proceso judicial, que se llevará a cabo mañana después de las 10 de la mañana.
Como es de dominio público, Sigifredo (de 50 años de edad) está sospechado de haber abusado sexualmente de su pequeña sobrina y ahijada (que por entonces tenía apenas 3 años y medio), durante la madrugada del 1 de enero de 2003 en su vivienda de barrio Palermo, cuando el grupo familiar celebraba la llegada del Año Nuevo.
Según la acusación, el comerciante y ex rugbier habría inducido a la niña a tocarle el miembro en forma reiterada hasta eyacular, mientras el resto de la familia compartía la sobremesa en el patio de la finca.
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