Novios despechados que difunden fotos comprometedoras de sus ex, personas que escriben calumnias contra otros por Facebook, los que se valen de Twitter para amenazar a alguien o, peor aún, los que utilizan Internet para captar menores con los peores fines. Estos delitos, tipificados en la legislación vigente, no son nuevos. Lo que es nuevo es el vehículo que utilizan para cometerlos: las redes sociales.
EL DIARIO recorrió los Tribunales de Villa María para conocer las denuncias que existen por delitos cometidos a través de las herramientas que ofrece Internet.
En la Cámara del Crimen hay una sola querella por calumnias que ingresó recientemente y se está investigando. En este caso (obviaremos los detalles para evitar dar a conocer la identidad de los protagonistas), recién comienza la investigación y aún no se citó a la acusada. De todas maneras, el hecho no presenta la dificultad que suelen presentar las denuncias de éste tipo, porque el que escribió el texto en Facebook lo hizo sin esconder su identidad.
“En el caso de que haya que determinar la identidad tenemos a la Policía Judicial, que cuenta con las herramientas necesarias”, destacó Gabriela Sanz, secretaria de la Cámara del Crimen de Villa María.
Por otra parte, en la Fiscalía del Segundo Turno, a cargo de Gustavo Atienza, investigaron un delito de significativa gravedad que ya fue elevado a juicio. Se trata de un hombre mayor de esta ciudad que procuraba captar a menores con engaños a través de las redes, con fines abusivos. Todavía no comenzaron las audiencias de este juicio.
En la Fiscalía del Tercer Turno, a cargo de Daniel Del Vö, no proporcionaron información, pese a que fue solicitada por escrito con varios días de anterioridad a esta publicación.
Por otra parte, el hasta hoy fiscal del Primer Turno, Félix Martínez, investiga puntualmente dos causas: una en la que está involucrado un exnovio despechado por difundir imágenes que afectaban el honor de quien fuera su pareja y “el otro es bastante más complicado, porque se trata de un hecho denunciado por captación de menores a través de las redes”.
Cabe señalar que Martínez hizo un curso de formación en delitos informáticos “y si bien en la teoría no parece tan complejo, en la práctica se hace dificultosa la investigación, porque nada se puede hacer sin la colaboración de las empresas como Google y otras similares, lo cual genera demoras. En el caso de Hotmail se agrega un problema adicional, porque ellos sólo dan información de los usuarios cuando está en riesgo la vida de una persona, con el argumento de la privacidad”.
De todos modos, destacó que cuentan con la Policía Judicial, “que tiene un área informática para determinar, por ejemplo, de qué IP salieron los mensajes que se investigan”.
Hasta con el FBI
Casi como anecdótico, Martínez relató un caso iniciado por el FBI en los Estados Unidos donde investigaban una red internacional de pedofilia. Cuando descubrieron imágenes publicadas desde Argentina, el organismo de ese país giró un pedido a la procuradora Gils Carbó, quien a su vez giró la solicitud al propio Martínez para que allanara el domicilio de Villa María desde donde salían las imágenes y secuestrara la computadora. “Descubrimos que en realidad era un menor que veía esas imágenes y las difundía. Es decir, no era parte de la red que investigaba el FBI”, relató Martínez.
En definitiva, los usuarios de las redes deben saber que independientemente de la vía que utilice, una amenaza es una amenaza, así sea telefónica, por Facebook o personal. Y también quienes se sienten agraviados o acosados pueden recurrir a la Justicia presentando una denuncia, ya sea en las fiscalías de turno o la Policía, donde hay una oficina de ayudante fiscal.