Calentura, bronca, desazón... muchas sensaciones negativas afloraron tras la derrota de Alumni, que vuelve a quedar último en la zona, con serios riesgos de permanencia.
“Me voy mal, no se jugó bien, tengo una bronca terrible”, alcanzó a decir Gonzalo Baroni, entre las frases de cabecera que se escucharon en los vestuarios.
Uriel Raponi dijo algo más: “Es una lástima porque veníamos levantando en el resultado y en el juego, pero no se pudo”.
“El primer tiempo fue de ellos y el segundo tiempo fue nuestro, pero nos faltó ese gol que ellos convirtieron temprano... vinimos a buscar los tres puntos y nos vamos con mucho dolor”, añadió el defensor.
“Lamentablemente, veníamos en levantada, tanto en la copa como en el torneo y aunque quizás eso parece poco, era importante porque cuando todo se hace cuesta arriba, se valoran los puntitos que se sacan”, apuntó luego el central.
Además, desechó que la derrota provoque más allá que el dolor.
“Si yo pensara un dos por ciento de las posibilidades que esto no se puede levantar, hubiese levantado todo y me hubiese ido”, tiró. Y agregó: “Vamos a dejar la vida en la cancha y vamos a salir adelante”.
Sobre la solución, Raponi fue claro: “Esto se revierte trabajando”.
Por otra parte, el arquero Jonathan Scalzo catalogó a la derrota como “muy dolorosa por la situación en la que estamos”.
La figura
En un partido chato, sobresalió el atacante Jonathan Franulich, autor de un buen gol que cambió el encuentro. El 10 de Newbery mostró habilidad y cambios de ritmo importantes para mantener en vilo a la defensa de Alumni. En el visitante, poco para rescatar, salvo la seguridad de Scalzo en un par de situaciones del rival.
El árbitro
Mal arbitraje de Daniel Asenjo, de San Nicolás. No cobró un claro penal a favor de Alumni en el primer tiempo, donde no contó con la colaboración del asistente Claverini. En el complemento, no mostró autoridad. Le faltó expulsar a Raponi y, previo a ello, no amonestó a nadie cuando varios se trenzaron en la mitad de cancha.