Escribe: Juan Manuel Gorno
Fotos: María Victoria Araujo
(enviados especiales a Venado Tuerto)
Una imagen preocupante que convoca nuevamente a la desilusión, al pesimismo. Esto fue lo que dejó Alumni en Venado Tuerto, donde volvió a caer al fondo de la tabla, luego de fracasar en su manera de jugar y de perder 1 a 0 ante Jorge Newbery, en un partido que asomaba como bisagra para el futuro de ambos.
Frágil en lo táctico, débil en defensa, insulso en ataque e impreciso en el medio… Alumni fue esto y algo más grave si se cuenta que, otra vez, se llevó el fair play a marzo por padecer dos expulsiones, a pesar que el árbitro tuvo una mancha negativa cuando no le cobró un penal a favor en el primer tiempo, pocos minutos posteriores al gol convertido por Jonathan Franulich.
Después de no haber entrenado dos veces en la previa del encuentro, el equipo demostró que, precisamente, le faltó trabajo en el aspecto táctico para organizar un dispositivo más confiable, que pueda surtir de conceptos claros en un equipo confundido.
Más allá de la cantidad de bajas que padeció en la previa (algo que conspira contra la idea de encontrar un equilibrio), el conjunto “Fortinero” tampoco convenció por su propuesta.
Luciano Antonino prácticamente jugó en el círculo central, quizás con la idea de neutralizar al rival más que generar algo interesante en una zona donde Leandro Sartor y Daniel Ramírez tampoco aportaron claridad. Encima, Juan Lapietra intentó proyectarse permanentemente por derecha, sin solución en ofensiva. Mientras, Santiago Aloi anduvo sin encontrar socios y lo poco que pudo hacer el equipo es apelar a los arrebatos individuales.
La conclusión fue patética: Alumni tardó 30 minutos para patear al arco contra un rival de escaso vuelo.
Es que Jorge Newbery fue un cúmulo de imprecisiones, con grandes problemas de elaboración de juego. Pero tuvo el mérito de la efectividad cuando, a los 18 minutos de juego, cuando nada había pasado en la cancha, aprovechó una pelota perdida por Ramírez en el medio y encontró el gol en una gran maniobra personal de Franulich, que tiró la diagonal de derecha a izquierda, con pelota dominada, se filtró entre los centrales y definió al palo más lejano de Scalzo.
Alumni sólo tuvo voluntad como respuesta, aunque no hizo el esfuerzo futbolístico para empatar, más allá que quedó la sensación de injusticia a los 34 minutos, cuando el árbitro obvió un claro penal por mano del defensor Luciano Castro, tras un centro de Jensen.
Lo mejor del equipo villamariense fue el arranque del complemento, en un lapso de 3 minutos que lo tuvieron como protagonista frente al arco rival, pero dos cabezazos de Gonzalo Baroni no tuvieron la precisión esperada.
Newbery fue quien se ocupó de darle vida al visitante cuando, en un par de ocasiones de contragolpe, se perdió goles increíbles, uno en los pies de Villalba y otro en un toque de Franulich que quedó en las manos de Scalzo. También el arquero debió lucirse ante un remate esquinado del diez local.
Sin embargo, Alumni se fue complicando solo porque, más allá de los cambios de Machado (metió al habilidoso Colombo y luego sacó a Canelo para poner a Bonaveri), Ramírez fue un derroche de impotencia al irse expulsado por doble amarilla, luego de una infracción desde atrás por haber perdido una pelota en ataque.
Sobre el final del partido llegó la otra roja: Gaspar Vega, por un codazo sobre Orlando Caruso.
Alumni quiso hacer la heroica en el final con el corazón y las corridas de Aloi, pero eso no alcanzó, a pesar que Newbery daba la sensación de fragilidad en cualquier momento.
Las quejas hacia el árbitro, en el final del encuentro, marcaron la salida triste de un Alumni cargado de impotencia, un Alumni que quedó último. Un Alumni que jugó para el descenso.
Fotografías: 1) Santiago Aloi intenta un avance de Alumni. Su actuación esta vez no estuvo en concordancia con sus buenos partidos
2) El ataque de Alumni no pudo llegar al gol. Aquí trata de despegarse de un adversario