El perfil preferido para un ministro de Economía en el mundo empresario es un egresado de la Facultad de Economía, preferentemente con un posgrado en una universidad de Estados Unidos y con vínculos como asesor o empleado en multinacionales, grupos económicos o bancos. Esa persona es la que sabe y tiene noción sobre qué hacer con la economía, porque es un técnico no contaminado por “ideologías”. El resto, dicen con soberbia, no entiende cómo funcionan las leyes sagradas de la economía. Esta construcción del “buen economista” colisiona cuando aparece uno como Axel Kicillof, mejor promedio de su camada, Medalla de Oro y con un doctorado calificado con un diez por el Tribunal de Tesis. Se les complica aún más porque tuvo militancia política universitaria en una organización juvenil no partidaria y como funcionario además puede mostrar éxitos de gestión. Trabajó en equipo en la elaboración del plan de expansión y financiero de Aerolíneas Argentinas estatizada bajo la conducción de Mariano Recalde, recuperando la línea de bandera vaciada durante años por el grupo español Marsans. Integró el comando de la intervención de YPF bajo control estatal, compañía dirigida por Miguel Galuccio que en menos de dos años mejoró todos los indicadores productivos, financieros y contables. Como director estatal en representación del 25,97% de las acciones de Siderar, orientó a la trasnacional Techint a invertir en la ampliación de su planta en Argentina, grupo que está ganando mucho dinero en el país debido a que está trabajando a pleno la división dedicada al mercado interno conducida por Daniel Novegil a partir de la fortaleza de la demanda doméstica. El balance presentado en la Bolsa de Comercio es más preciso que sentencias negativas de especialistas de empresas sobre la labor de Kicillof en Siderar: en nueve meses de este año contabilizó ganancias por 1.315 millones de pesos, cuando en el mismo período del año anterior había registrado 690 millones de pesos. También fue el impulsor del Procrear junto a Diego Bossio de ANSES, el más ambicioso plan de financiamiento a la vivienda con gestión y resultado exitoso. Con esos antecedentes, la principal definición sobre la figura del nuevo ministro de Economía fue la de marxista, en otra demostración de la vigencia de la Ley de Ook (también conocida como Ley del Mínimo Esfuerzo) en gran parte de los analistas. Kicillof es uno de los más importantes investigadores argentinos de la obra de John Maynard Keynes, economista inglés al que se lo reconoce por sus aportes a la ciencia económica para salvar al capitalismo de la Gran Depresión del siglo pasado. Kicillof escribió en el libro "Fundamentos de la teoría general. Las consecuencias teóricas de Lord Keynes", que estudiarlo fue “un descubrimiento liberador”.
Sólo los promotores de la ignorancia pueden asociar Keynes con Marx. Y a un keynesiano con un marxista. Puede haber keynesianos de derecha/ortodoxos o de izquierda/heterodoxos. Kicillof es la segunda versión.
Introducción de una
nota de Alfredo Zaiat
en Página/12