Pocas veces en la historia del país un triunfo electoral, como el obtenido por opositores en los principales distritos a finales de octubre, duró tan poco. La noche del 27, hace apenas 35 días, todos dijeron haber ganado. Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires, Mauricio Macri a través de Gabriela Michetti en la Ciudad Autónoma, Elisa Carrió y Fernando “Pino” Solanas en la misma Capital, Hermes Binner en Santa Fe, Julio Cobos en Mendoza… Todos celebraron. Y también lo hizo el Frente para la Victoria, a partir del dato que lo situaba como la fuerza más votada a nivel nacional, lo que le permitió mantener e incrementar inclusive su presencia en el Congreso (al fin y al cabo, parte de razón tenía el oficialismo, ya que se trataba de elecciones de renovación parlamentaria).

Es verdad que habían pasado pocas horas desde el cierre del escrutinio cuando la Corte Suprema de Justicia emitió el fallo que declaró la constitucionalidad de la totalidad de los artículos de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en lo que podría interpretarse como un triunfo de singular importancia para el Gobierno, aun cuando la norma va mucho más allá de la coyuntura y sienta las bases del pluralismo informativo para las próximas generaciones.

Macri dejó entonces rápidamente de lado el triunfo en las urnas para atacar el fallo de la Corte y ensayar estrategias que impidan la implementación de los artículos de la ley cuestionados por Clarín, Carrió convocó a una conferencia de prensa para denunciar un pacto entre el presidente del máximo tribunal y el Gobierno (apareció ante los medios acompañada por Solanas, que cuatro años antes había votado a favor de la misma Ley de Medios), Massa se llamó a silencio por unos días por lo que tampoco pudo tener presencia para inflar su triunfo sobre Martín Isaurralde… 

Pasada la ebullición, los cuestionamientos a Martín Sabbatella comenzaron los cruces entre ellos para ubicarse como primer opositor al kirchnerismo. El intendente de Buenos Aires dijo que su par de Tigre no tiene estructura nacional como para ir por la Presidencia. Massa, callado todavía, comenzó a “soplarle” dirigentes a Macri y hasta un intendente al radicalismo, lo que valió recibir dardos envenenados que le lanzaron desde el PRO y la UCR, especialmente de Ricardo Alfonsín. Y en esa “guerra” entró también “Lilita” Carrió para decir que cuando en las elecciones nacionales de 2011 obtuvo el 1,8% de los votos, se liberó “de una enorme responsabilidad de conducir a estos imbéciles opositores”, refiriéndose a los demás dirigentes contrarios al Gobierno nacional. Le pidieron que aclarara el tema y lo oscureció: “No son malos, son estúpidos”. Le contestaron desde el massismo, desde el macrismo y hasta desde dentro de su propia alianza. “No vamos a soportar cualquier cosa”, lanzó la diputada Victoria Donda, quien además avanzó para tildarla de “fascista”, por “defender la impunidad descaradamente, al sostener que las apropiaciones de menores en el marco de un plan sistemático de la dictadura, probado por la Justicia, deben seguir sin castigo, al tiempo que niega los derechos de las familias a conocer a sus seres queridos”. Casi nada. El radical Cobos también quiso hablar de 2015 y desde el partido Gerardo Morales le “enrostró” su pasada Vicepresidencia con Cristina Kirchner, para expresarle con sinceridad que “decididamente” no lo quiere como candidato a presidente.

Así las cosas, Binner parece el más atinado.  No entra en los cruces y se dedica a recorrer el país para dictar conferencias y mantener reuniones con dirigentes sociales, sindicales y políticos de distinta extracción.

Y mientas la oposición estaba en eso, la presidenta regresó de su convalecencia y cambió el tablero. Ya no se juega más a las damas. Ahora se juega al ajedrez. Si se iban a “comer” a la ficha más avanzada, que era Daniel Scioli, ahora hay un alfil como Jorge Capitanich y dos torres que parecen bastante sólidas en lo suyo, como Axel Kicillof y Carlos Casamiquela… Dialogan, llaman a los gobernadores sean del partido que sean, celebran como propio el triunfo de la candidata oficialista y aliada en Santiago del Estero, cierran trato con Repsol y sube el precio de las acciones de YPF en las bolsas, desde ANSES Diego Bossio se “agranda” por el éxito de Procrear y anticipa que “el Estado cuenta con los recursos necesarios para dar cada vez más créditos para la vivienda”, apuran con sus votos la unificación de los códigos Civil y Comercial… Y, por si fuera poco, designan al amigo del Papa Francisco, el padre Juan Carlos Molina, al frente de la Secretaría de Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar). 

Es decir que así como la oposición fue rapidísima para devorar las mieles de octubre, el oficialismo tardó muy poco en retomar la iniciativa política. A lo mejor porque la victoria tuvo muchos padres, algunos más egoístas que otros, que no ayudan demasiado a consensuar el rumbo a seguir. A lo mejor porque tampoco lo tienen muy definido.

Los que sí parecen siempre estar seguros sobre la clase de país que quieren, siguen su marcha. Todo está como era entonces. 

 

EE.UU. tiene quien le escriba