En Argentina se celebra hoy el Día del Médico, desde hace 57 años. Fue una iniciativa del Colegio Médico de Córdoba, avalada por la Confederación Médica Argentina y oficializada por decreto del Gobierno nacional en 1956.
¿Por qué se eligió el 3 de diciembre? Porque ese día nació Carlos Finlay, el médico cubano que demostró el modo de transmisión de la fiebre amarilla -a través de un mosquito- un hallazgo de trascendencia mundial que evitó miles de muertes en América Latina.
La fiebre amarilla fue estudiada clínicamente durante centurias. Pero los estudios de Finlay, quien comenzó a ocuparse de la enfermedad en 1865, resultaron determinantes. En 1881, ante la Academia de Ciencias de La Habana presentó su trabajo fundamental: “El mosquito hipotéticamente considerado como agente transmisor de la fiebre amarilla”, en el que describía los detalles, las características y los hábitos del mosquito y anunciaba la trascendente experiencia del contagio en personas: “Cinco casos en los cuales, por una sola picadura de mosquito, se reprodujo la enfermedad”, decía.
Sin embargo, recién en 1901 se confirmaron y ampliaron las ideas de Finlay, que dieron las bases para la prevención por medio de la lucha contra los mosquitos, dejando atrás la idea de que el mal se transmitía por la ropa o por los objetos que hubieran estado en contacto con los enfermos.