Viviana Rivero cuenta con una gama de libros ficcionales que ha marcado una ascendente demanda en el público femenino, cuyo resultante ha sido una buena respuesta en las ventas.
Antes de “La dama de noche”, la autora cordobesa había alcanzado cierto relieve en la escena literaria provincial con las novelas “Y ellos se fueron” y “Lo que no se dice”.
En su reciente visita a Villa María, concretada en la Dirección de Patrimonio Histórico, conversó sobre su incursión en la escritura y el complejo mercado editorial.
-¿Cuánto influyen las devoluciones que realiza de tus libros el público lector?
-En mi caso las devoluciones no influyen en el proceso creativo, porque creo que la escritura es como la letra que cada persona tiene, que aunque quisiera cambiarla es casi imposible.                                           
-Dado que tus obras se han orientado hacia un género en particular, ¿temés por un encasillamiento o, por el contrario, creés que es el mejor camino seguir y evolucionar sobre esos pasos?
-No temo a los encasillamientos, simplemente escribo lo que tengo en el corazón y enhorabuena si gusta.                           
-¿En qué momento decidiste convertirte en una escritora profesional y por qué?

- Decidí convertime en escritora y dejar la abogacía cuando tenía mi primer libro, "Secreto bien guardado", vendiéndose muy bien en todo país y gané con una segunda novela el primer premio novela histórica en el concurso de San Luis. En ese momento pensé "éste puede ser mi medio de vida, mi profesión".              
-¿Recordás tu primer "metejón" con el arte literario y sobre qué textos?            
-Lo tuve con el primer libro que leí, "Cuentos de Andersen". Tenía 5 años, todavía no iba a la escuela y con ese libro aprendí a leer. Fue algo maravilloso para mí.
-Como escritora cordobesa, ¿de qué manera observás el escenario literario cordobés? ¿Apreciás renovación de autores y mayores posibilidades de edición y distribución o todo lo contrario?
-El cordobés es muy literario. Lee mucho, escribe mucho, disfruta las propuestas, va a las presentaciones de libros. Los cordobeses  hablan de libros no sólo en recintos literarios, sino también en una fiesta, en la puerta del colegio, en las redes sociales. Creo que cada día se agrega un apasionado más al arte de la escritura. La edición y distribución de libros ha mejorado aunque falta muchísimo. Ahora una editorial cordobesa edita un libro y puede lograr penetrar en Buenos Aires, pero sigue existiendo una triste realidad: las editoriales grandes no aceptan hacer  libros de desconocidos y las editoriales chicas aceptan, pero le cobran la tirada al escritor. Y esto es muy triste.