Otro documental del hiperquinético director local Sergio Stocchero se hace presente, donde se nota un salto cualitativo con respecto de obras anteriores.
Desde el color bien contrastado, sonido y edición muy bueno y una historia para contar donde juega de local. Y no sólo porque sea villamariense, sino que la trama lo involucra.
“Barquito de papel” se trata de la recuperación de una fuente de trabajo como EL DIARIO, y lo positivo de la puesta es que no se queda en la anécdota pseudoépica, sino que permanentemente el costado político se sostiene, y no es que uno esté de acuerdo ideológicamente, sino que la clave de la debacle de muchas empresas fueron los otros años oscuros de los noventa que explotó en dos mil uno. Y es así como al empezar, para alejarse del testimonio de parte de equipo de la empresa, la animación juega un papel preponderante; como en La Nube, de Pino Solanas, el país se hunde, y una solitaria hoja de papel de diario encalla en la cornisa para que algunos tripulantes asumieran el timonel de la tormenta. El Arca de Noé cruzada por tinta negra comienza su trayecto en el temporal para llegar a buen puerto, todo un desafío. Cuesta ser objetivo, pero la mirada de los otros es implacable, y lo más firme son las palabras de Baptiste Bloch, donde nuevamente la atención está en las políticas neoliberales que exterminan el empleo y su impresión sobre su visita a nuestro medio, y así otros como Pérez Esquivel y una invitación a México los cita como ejemplo a seguir.
Si bien los documentales “Grisinópolis” (descriptivo) o “Corazón de fábrica ex-Zanon” (ideológico-militante), contaron el mismo derrotero de los muchachos de Villa María, “Barquito de papel” tiene su propia identidad, y es el toque emocional sin golpes bajos con un vuelo poético “de aquéllos” (dirían en el bar), que la destaca. Mucha gente asistente al Centro Cultural Leonardo Favio en sus funciones soltó una lágrima. Era gente ajena al medio aunque unida a través de su lectura en estos casi treinta años con el medio gráfico.
La mirada de “Tire Dié Producciones”, no es facilista, la panacea épica no está, el o los “muchachitos” son de carne y hueso, que si bien lucharon contra molinos de viento -como cuando se incendió la planta impresora- está también “La mano en la trampa” (filme de Torre Nilson), o en la lata, que da pie a Valeria Loudet para expresar lo difícil de las relaciones humanas y se comenta un hecho de corrupción a principios de la formación de la Cooperativa de Trabajo.
"Más de dos es amontonamiento", cobraba un referato de la liga local, imagínense cincuenta almas poniéndose de acuerdo, donde las palabras de Sergio Vaudagnotto calzan a la perfección: “Lo importante es que cincuenta personas que pensamos distinto, logramos hacer una cosa juntas”. Muchachos, que el árbol no les tape el bosque. Y a la gente, sólo invitarla para las funciones que faltan en el Centro Favio por sólo cinco pesos, pero se acepta un “Tire Die”.
Víctor Alvez