"Estamos más que conformes porque el acuerdo atiende lo pedido. Este es el resultado de la lucha de todos, de la estadía de los trabajadores y sus familias", comentó Teodora Perassi a EL DIARIO tras conocer el convenio firmado por el gobernador José Manuel de la Sota y el representante de los policías.

Describió que "se fue avanzando en los puntos (14 en total) y quedaba para el final el tema del salario. En ese ítem había menos elasticidad".

Decenas de efectivos policiales de la Unidad Departamental General San Martín, en concordancia con el accionar de los uniformados de la ciudad de Córdoba y los principales centros urbanos del interior de la provincia, se autoacuartelaron en la tarde del lunes en Villa María para reclamar mejoras salariales y de las condiciones de trabajo.

La medida, en la cabecera del Departamento General San Martín, se inició minutos después de las 17 sobre calle Piedras entre avenida Presidente Perón y Lamadrid, en barrio San Justo, donde se encuentra la sede del Comando de Acción Preventiva (CAP).

Las sirenas de los móviles y las bombas de estruendo sonaron durante gran parte de la medida de protesta.

 

"Un gran logro"

 

"Es un gran logro haber firmado por 8.000 pesos de básico, cuando tenían poco más de 2.100 pesos", consideró Perassi, quien como esposa de un sargento villamariense se convirtió en vocera de la protesta en la sede de calle Piedras.

Indicó que "las familias y muchos uniformados pasaron la noche en el lugar y a la mañana esperaban respuestas", aunque no tenían muchas expectativas "que se resolviera tan pronto". Incluso marcó que estaban dispuestos a montar un campamento.

"Cuando escuchamos el discurso muchos no podían creerlo. Hubo emoción y lágrimas. De hecho, tras escuchar el acuerdo salieron de inmediato a patrullar supermotivados, emocionados y hasta llorando", contó la mujer.

Pero también sostuvo que "esta lucha trajo mucha unión al grupo, se alcanzó una fraternidad, ahora saben que unidos se puede".

 

Horas tensas

 

Perassi expresó que "se vivieron horas tensas por la mañana (de ayer), cuando hubo una alarma de que podían surgir inconvenientes en la ciudad porque grupos de personas se dirigían desde Córdoba, a la que ya habían devastado, en colectivos hacia aquí supuestamente con intenciones de realizar saqueos. Fue cuando los jefes policiales bajaron la resolución de fiscales de deponer la actitud y salir a patrullar", pero ante la negativa de los manifestantes el abogado Eduardo Rodríguez se constituyó en lo local como representante de su parte y se alcanzó un acta-acuerdo en la que los policías se comprometieron a asistir ante eventuales delitos de esa característica.

Los uniformados se negaron "en parte sabiendo que los bancos ya estaban cerrados y hasta algunos comercios habían cerrado sus puertas y se habían tomado algunas medidas preventivas", detalló la vocera.

En ese marco, las sanciones estaban todavía dispuestas a ser aplicadas a quienes se mantenían acuartelados, "pero se pusieron de acuerdo", abonó Perassi.

 

“Terrible”

 

Por otra parte, la mujer dijo que "tampoco estuvieron (los policías) despojados de la realidad que azotaba a Córdoba capital: fue terrible, porque más allá de que es su trabajo, muchos lo sienten. Les duele ver que la gente sufre. Lo que se veía era terrible, personas armadas protegiendo lo suyo, parecía una guerra civil. Estaban muy mal con esa situación".

 

Necesidad

 

"Había una necesidad de descomprimir la sobrecarga que producen los adicionales, que se hacen para poder subsistir", marcó Perassi. Y añadió que "esto le devuelve tiempo a los que tienen familias, para que un policía también pueda estar con sus hijos".

"No poder pagar la luz y que te la corten, que te desalojen por no pagar el alquiler, son realidades que conocemos. Si sumamos 1.800 pesos mínimos de un alquiler, más el gasto de transporte o movilidad y el costo de la canasta básica, y encima con los créditos cortados, más la inflación... Ni hablar si un fin de semana querés ir al cine o viajar. !No te alcanza!", exclamó.

Pero además, explicó que "por más que se esfuercen haciendo adicionales, son muy bajos (la remuneración) y se convierte en un esfuerzo sólo para subsistir y no llegar a fin de mes". Dijo que "quizás estemos hablando del empleo peor pago del mundo, porque un policía sale con la responsabilidad de portar un arma, para proteger y protegerse, acuden a un llamado y no saben si vuelven. Y nunca es grato. Y si sumamos que si vuelve a casa y no le alcanza para darle de comer a sus hijos, es caótico".

Finalmente, Perassi lanzó que "se reivindicó la fuerza policial como una gran familia".

 

Actuar frente a saqueos