El sacerdote Pedro Lucchese consideró que quienes produjeron saqueos y destrozos en la capital cordobesa el martes y la madrugada del miércoles “fueron mandados para agitar y que se pierda la paz social” y cuestionó a la dirigencia política.
Con evidente malestar, el cura de la iglesia Catedral de Villa María hizo declaraciones sobre la crisis policial que derivó en un drama social, en el marco de una entrevista con EL DIARIO para hablar de las actividades en torno al Día de la Inmaculada Concepción.
Contó que el martes terminó sus tareas “muy tarde y encendí la televisión poco antes de irme a dormir. Sabía, por supuesto, del acuartelamiento policial, pero no conocía la dimensión de lo que estaba ocurriendo”.
“Tengo una hermana que vive en Córdoba y estaba regresando de Villa Allende. Me contó que le faltaban tres cuadras para llegar a su departamento. La verdad, me dio cierto temor. Sentí temor por la gente que estaba en la calle”, confió.
El pastor admitió que siente “bronca e impotencia” y de inmediato sostuvo que “esto no ocurrió para asaltar supermercados por hambre. Todo el mundo sabe que no fue para llevarse comida”. Así, afirmó que se trató de “ladrones, bandas organizadas para robar, enviadas para agitar y para que se pierda la paz social”.
En el marco de la novena por la Inmaculada Concepción (ver recuadro), el miércoles se rezó por la dirigencia política. Fue una casualidad. Al decir de Lucchese, “fue providencial, estaba programado desde hace veinte días”.
En todo este contexto, el entrevistado continuó: “Estas son peleas de políticos con la gente quedando al medio. Se utilizaron sectores para crear esta crisis y desestabilizar, ejercitando la violencia. Es una lástima ver a la gente robando a otra gente. Y uno ve que fueron personas que no tienen ninguna necesidad, salieron a romper y le robaron a otros laburantes”.
“Hubo alguna multinacional o algún gran local saqueado, pero en su mayoría fueron locales de barrios, que quedaron devastados. Se damnificó a ciudadanos que necesitan de su trabajo. Me genera bronca e impotencia”, declaró, sentado en su despacho de la Catedral.
-Entonces usted no duda de que no fueron saqueos espontáneos.
-No, no fue espontáneo. Y evidencia las pujas políticas.
-¿Tiene alguna percepción de por qué en Villa María no se registraron hechos similares?
-(Largo silencio. El padre reflexiona en silencio y evita responder).
-Considera que no fueron saqueos por hambre, pero la delincuencia también es una tragedia.
-Claro. Creo que es hasta peor. Uno lo entendería si fuera por hambre, pero acá fue salir a romper por violencia. El que tiene hambre no hace estas cosas. A veces se utiliza el hambre para hacer esto, se cometen en su nombre estos actos.
-¿Quiénes fueron los que enviaron a cometer hechos vandálicos?
-No sé quienes agitaron, no podría decirlo... Uno percibe que fueron mandados.
“No se tendría que haber llegado a esta instancia”
-¿Qué mirada tiene sobre la actitud de la Policía, de acuartelarse?
-(Piensa) Creo que no se tendría que haber llegado a esta instancia. Se debería haber negociado mucho. Si la política es el arte de buscar el bien común, entonces por favor que los dirigentes sean artistas.
-¿Cuál es su apreciación sobre el rol que tuvo la dirigencia política ante esta grave crisis?
-Se la pasaron criticándose. Todos tiraron la pelota hacia otros lados. Unos y otros, tanto del oficialismo como de la oposición. Y son siempre los mismos, porque los que están en la oposición luego son parte del oficialismo.
D. B.