Se realizó ayer en Villa María la segunda Campaña de Donación de Médula, impulsada desde Fundayt y la Fundación Banco Central de Sangre de Córdoba, en la Clínica de la Familia.
En la primera iniciativa de este tipo más de un centenar de personas estuvieron interesadas en donar. En esta ocasión el número fue significativamente menor.
Los ciudadanos donaron sangre, pero, además, en su mayoría permitieron que la misma ingrese al registro de donantes de médula.
Analía Ramírez dijo a EL DIARIO que durante la mañana la concurrencia fue escasa, pero cerca del mediodía comenzó a crecer.
Los interesados llenaron una ficha médica en la que se les preguntó si tienen tatuajes, si usan o usaron piercing y elementos similares, enfermedades, alergias, si consumen medicación, si tuvieron cirugías, si consumen drogas, si beben alcohol y hasta por los vínculos sexuales (si son homosexuales o heterosexuales). Luego, una médica los entrevistó. Entre las preguntas figura la de si conocen lo que es el período ventana (es el tiempo que existe hasta que la enfermedad pueda ser detectada a través de un análisis).
Finalmente, se les extrae sangre, un procedimiento indoloro y sin riesgos, que dura menos de diez minutos.
Gabriel Conci, técnico en hemoterapia, y la médica Alejandra González son parte de la Fundación Banco Central de Sangre de Córdoba y estuvieron ayer en el marco de este operativo en la ciudad.
Contaron a EL DIARIO que lo realizan en distintos lugares de la provincia. “Tenemos buena respuesta, a veces van pocos a Córdoba por una cuestión de transporte”, indicaron.
Precisaron que por mes, cerca de 200 personas donan para el registro de médula.
“Las más concientes son las personas de entre 20 y 40 años, pero hay de todas las edades y sexo”, dijo Conci.
La médica, por su lado, develó que “los jóvenes difunden mucho a través de las redes sociales y llegan a la fundación al ver casos a través de esa vía”.
Conci añadió que “mucha gente es solidaria de corazón, personas que nunca tuvieron familiares enfermos, pero uno les cuenta y aceptan donar”. “La principal motivación es cuando uno tiene un familiar o amigo enfermo”, admitió.
Respecto a la pregunta sobre homosexualidad, los profesionales explicaron que las fichas vienen impresas desde Nación. “Uno hace más hincapié en la entrevista médica en cosas que te llamen la atención. No hay discriminación a personas que tienen relaciones con personas del mismo sexo”, aclaró la médica.
En cuanto a tatuajes, aclararon que “la ley dice que hay que esperar un año, porque hay lesiones en la piel”.
La jornada de la víspera buscó derrumbar mitos en torno a la donación de células progenitoras hematopoyéticas, lo que se conoce como médula ósea. El procedimiento para ingresar al Registro Nacional se limita a someterse a una extracción de sangre común; recién en caso de que ese perfil genético resulte compatible con el de alguien que necesite un trasplante se vuelve a convocar al voluntario para una nueva extracción. Este acto simple puede salvar una vida.
Hay diversas patologías que pueden tratarse con un trasplante de médula ósea. Sólo un cuarto de los pacientes encuentra coincidencia de perfil genético entre sus familiares, el resto vuelca sus esperanzas en los registros. El nacional está coordinado por el Incucai y tiene ya 65 mil muestras.
Toda persona entre 18 y 55 años puede donar médula y hasta los 65 años sangre, si es que no tienen enfermedades que puedan agravarse con la donación o que puedan ser transmitidas al paciente, por ejemplo, diabetes, hipertensión, hepatitis B o C o enfermedades de la sangre.