El concejal radical Carlos Gagliano consideró que la “gravedad” de lo ocurrido esta semana en la capital cordobesa, a causa de la parálisis policial, “obligará a bucear en lo profundo, porque hubo comportamientos sociales que llaman a la reflexión”.
“Más allá de errores políticos, una Policía acuartelada y una ciudad prácticamente liberada, de modo alguno no puede significar la participación de miles de personas ingresando a comercios y sacando cosas como si se hubiese perdido el límite ético de lo que se considera propiedad ajena”, interpretó el legislador local al dialogar ayer con EL DIARIO. “Es una responsabilidad adicional para toda la clase dirigente, porque está transmitiendo problemas estructurales en el seno de la sociedad que requerirá de un tratamiento y diagnóstico que indica que habrá que modificar varias cosas”. Consultado sobre el papel de la dirigencia política durante el conflicto, advirtió que las autoridades cordobesas estuvieron casi 48 horas sin emitir un comunicado, “subestimando la protesta policial, equivocaron el diagnóstico y pasó algo grave, con personas muertas”. También agregó que “se volvió a patentizar la interna del mismo partido”, en referencia a Nación-Provincia, lo que tildó de “lamentable”. “En situaciones como éstas, el conjunto de recursos estatales debieron haberse puesto en servicio de la gente, hubo un millón y medio de habitantes con una desprotección total”, advirtió y añadió que marcará una huella “de un antes y un después”. Fue más lejos luego: “Córdoba históricamente preanuncia cuestiones sociales importantes. Hoy hay preacuartelamiento en La Rioja y conflictos en Neuquén”.
Sobre el acuartelamiento evaluó que “fue consecuencia de indicios que se venían dando en el ámbito policial que el Gobierno no escuchó; hay una situación compleja en la fuerza, entiendo el reclamo, pero no lo justifico”.
El edil, consultado sobre si los saqueos pueden haber sido programados, tal como consideró ayer el sacerdote Pedro Lucchese, dijo que “evidentemente ha sido a través de redes sociales o de mecanismos de comunicación, porque fue de manera simultánea en diversos puntos de la ciudad”.
“Siempre hay intereses políticos detrás de estas cosas, da la idea de una organización previa, pero después se puede haber sumado otra gente viendo lo que sucedía”, manifestó.
Cuando se le preguntó por qué en Villa María no se registraron episodios de esta naturaleza, remarcó que en el interior no ha pasado nada. “Escuché que acá no sucedió porque hay inclusión social, creo que no es así: puede haber inclusión pero el detonante fue sólo la capital, estas son ciudades más chicas, con índices de pobreza probablemente menores”, enunció.
En tanto, el concejal del justicialismo local, Mauro Beltrami, confió sentirse preocupado por lo sucedido. “Más allá del conflicto policial, la crisis social nos tiene que hacer replantear qué sucede, porque hay una crisis de valores indudable, que lleva a que el vecino le robe a quien tiene al lado”, advirtió.
“No pueden y no deben repetirse estas situaciones. Todos, gobernantes, policías y ciudadanos tenemos que plantearnos por qué el individualismo primó”, declaró.
“Creo que la provincia no supo reaccionar a tiempo, Nación pudo haber tenido algún dicho desafortunado, pero si no le llega el pedido formal de intervención o participación de fuerzas uno no puede mandarlo. Las provincias tienen autonomía propia y si necesitan ayuda deben requerirlo en forma expresa”, interpretó ante la pregunta de la actuación de autoridades.
En cuanto al acuartelamiento, lo rechazó, pero evaluó que si se hubiese atendido el reclamo de familiares de policías no se hubiese llegado a este cuadro.
Sobre declaraciones del sacerdote Pedro Lucchese, dijo desconocer el detrás de los saqueos. “No tengo duda de que hubo algún tipo de organización delictiva que actuó en un primer momento, lo que no sé es si hubo un grupo que lo fogoneó”, contestó.
“Hubo mucha gente que no cometería un robo con la policía en la calle, pero en este contexto sí lo hizo y eso es lo que debe llamarnos a la reflexión. Sí tengo la impresión de que no fue por hambre, porque los principales lugares afectados no fueron los de comidas”, indicó.
En cuanto a la ausencia de saqueos en esta ciudad, opinó que “el interior tiene una realidad distinta” y dijo que “las fuerzas vivas de la ciudad, con el intendente a la cabeza, estuvieron rápidos de reflejos, pero no sucedió nada en ninguna localidad”.