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La Clase '97 de Marista -junto a sus coordinadores- jugó ayer en el predio de AFUCO. En la otra foto, una venezolana llevando en la cabeza el apoyo para el seleccionado de fútbol de su país |
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Escribe: Juan Manuel Gorno
La belleza de sus colores, la calidez de su gente y la hermosura de sus mujeres no sólo distinguen a Venezuela. También allí se instala una pasión por el beisbol que -por el poco roce de un sureño americano- te vuelve más foráneo, indefectiblemente.
"Aquí no eres de Boca o River, debes ser de Caracas o Magallanes... Decídete", arengaba un mozo, a modo de presión para inmiscuir al argentino hacia el deporte más popular de esa tierra.
¿Palermo? No, "Guti" Gutiérrez, que vaya a saber cuántas entradas a primera base tiene ahora... La diferencia está, es palpable en las charlas más frecuentes, pero los futboleros no quieren quedarse atrás.
A 45 minutos de Caracas se encuentra Maracay, en el estado de Aragüa. Y desde allí se vino una comitiva de 32 personas, de los cuales 19 forman parte de la delegación de Deportivo Marista, que participa en la Copa Villa María, entre tantos pibes que llegaron de diferentes puntos del país y el continente.
"Tuvimos muchas horas de vuelo; se sintió la diferencia horaria y el tiempo de espera", comentó ayer Miguel Faoro, delegado de la entidad.
Sin embargo, todo el esfuerzo valió la pena para que los pibes Clase ‘97 pudieran exponer sus dotes en el deporte que les gusta, el fútbol, más allá de las preferencias populares.
En ese aspecto, Faoro le dijo a EL DIARIO que "publicitariamente hay deficiencias del fútbol para con el beisbol, aunque hubo un cambio, bárbaramente aturdió la buena demanda de los jugadores nuestros en el exterior; eso ha provocado un gran vuelco y a los chicos los inspira", agregó.
Más allá de todo, el delegado asumió las grandes diferencias con respecto a nuestro país y dio un detalle curioso: "Para nosotros fue muy fuerte el cambio porque el arbitraje en Venezuela es más delicado en el momento de pitar las faltas". No obstante, aseguró que lo entusiasma "el espíritu de competencia que hay aquí".
Una conexión con el reconocido entrenador Richard Báez derivó en un comentario sobre el campeonato que se disputa en nuestra ciudad. Y allí Faoro y el resto se embalaron en el proyecto; los padres se organizaron y recién sobre el final, antes del viaje, pudieron conseguir el uniforme.
En tierra argentina, los venezolanos dijeron tener "una recepción magnífica de parte de los dirigentes y del pueblo de Villa María".
"Es excelente el nivel organizativo del torneo, donde impera un ambiente familiar y mucho nivel futbolístico porque las escuelas están muy preparadas", expresó Faoro. Y por ello resaltó que, el viaje "logró satisfacer nuestras expectativas".
"Dimos unas vueltas por Villa Carlos Paz y otros lugares y realmente nos maravillamos de vuestros paisajes", añadió.
De nuestra ciudad, en tanto, destacaron "la limpieza, la buena vialidad y, como primer punto, la cordialidad del villamariense".
"No tenemos palabras para agradecer el recibimiento caluroso de la totalidad de la gente de aquí", agregó. Bajo ese influjo de la sorpresa grata, el delegado no dudó en decir: "Ya queremos ponerle fecha a nuestro regreso".
Por ahora los espera Venezuela, país al que representan con orgullo porque allí "se muestra un mejor fútbol que antes", más allá que, años atrás, hayan convencido a uno de comprar la franela del Caracas con el mismo entusiasmo que la "Vinotinto".
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