El 3 de diciembre de 1972, cuando José “Pepe” Luque contaba con jóvenes 32 años, fue ordenado por monseñor Dean, en la Catedral de Villa María.
Hoy, sigue dando misas y trabajando en el barrio Las Playas, donde vive, en la Capilla de Santa Lucía, del barrio Lamadrid y ayudando en la de Luján. No lo detiene el dolor que le provoca la afección al nervio ciático, que lo obliga a dar misa sentado. “Estoy bien, me duele la pierna derecha por la ciática, pero estoy bien”, dice, acostumbrado a no quejarse.
Cuando se ordenó sacerdote, se comprometió a “trabajar gratis para Dios, a cambio de la vida eterna. Que no me vengan después conque hay un problema o que no están al día los papeles”, bromea. Aunque lo de no cobrar, es cierto.
Este cura “obrero”, como él mismo se define, tiene como toda propiedad material un viejo Peugeot modelo ´95, que le permite recorrer las parroquias que asiste.
“Soy una laburante, no he escrito libros, no tengo teorías escritas. Soy un cura que está con la gente, hago el trabajo de cura y lo admito, no tengo muchas luces”, dice.
En su vida sacerdotal pasó por Villa Nueva, Leones, Embalse -donde fundó la iglesia- y desde hace una década está en Villa María.
Convivir, pese a las diferencias
Al hablar de las huellas que dejó en cada comunidad en la que fue pastor de la Iglesia Católica, el padre “Pepe” recordó el “Festival del vino y la amistad”, de Villa Nueva.
“Es que yo soy un negrito ladrillero y a mis amigos les gustaban los festivales, las reuniones con asados. Así salió y creo que fue un ejemplo de convivencia, no sólo para Villa Nueva, sino para el mundo. Estaba (Carlos) ‘Chiquín’´ Moreno, que era peronista, el ‘Carlitos’´ Zanotti, que era radical y (Rodolfo) Ghezzi, que era comunista. No había problemas. Y te digo más, Ghezzi, el comunista, me dio la plata para pintar la iglesia”, recordó.
“Olor a oveja”
“Pepe” no duda en señalar que es un cura “con olor a oveja, como dice el Papa”.
Y hablando del Papa, hay que señalar que Francisco se tomó la molestia de llamarlo personalmente por teléfono desde el Vaticano, cuando se enteró que Luque estaba pasando algunas dificultades de salud.
“Mirá vos el Jorge Bergoglio... Papa. Yo creía que en la elección anterior iba a salir, pero como no fue, no me entusiasmé más. Estoy muy contento porque es un hombre de Dios, inteligente, capaz, con ideas. Es un jesuita, y como todos los jesuitas, son personas que estudian, indagan. Yo los quiero mucho porque me formé con ellos”, señaló, sin hacer demasiada “gala” de sus años como compañero de estudios de quien hoy es el máximo jefe de la Iglesia Católica.
Asegura que como siempre trabajó “dando misas, atendiendo a los enfermos, en definitiva, de cura, y nunca tuve problemas porque no me metí a hacer algo que no sabía. Ni en Villa Nueva ni en Leones, donde los gringos me aceptaron bien y mucho menos en Embalse, donde estuve 22 años”, recordó.
Tras cuatro décadas como sacerdote, nota que los tiempos actuales son diferentes a cuando comenzó.
“Hoy hay más libertinaje, todo es light, no se ve un compromiso. Hay mucho palabrerío y poco compromiso y por supuesto, escasez de valores. Se han perdido muchos valores, y lo vimos los otros días en Córdoba, porque los que robaban eran ladrones, no pobres, porque los pobres no se comen la heladera o un televisor de alto vuelo”.
Cura “obrero”, hincha de Boca y trabajador. Así se define este hombre que no duda en señalar que es “muy feliz” con la vida que lleva.
Celebración en honor a Santa Lucía
La capilla del barrio Lamadrid comenzará el martes 10 con el triduo en honor a Santa Lucía con misas ese día y los dos siguientes, a la hora 19. El viernes 13, día de la Santa, habrá una celebración especial desde las 19.30 con el rezo del rosario y la misa a las 20 a cargo del padre “Pepe”.
El sábado 14, a las 21, habrá un pesebre viviente organizado por la comunidad en la esquina de Ituzaingó y Santiago del Estero. Actuarán Laura Guerrero y sus alumnos y Raúl Manfredini y Cecilia López, cerrando con un baile a cargo de “Los Diablos del ritmo”.