"Nuestra región latinoamericana presenta una extendida y diversa problemática de violaciones a los derechos humanos. La desigualdad social y la pobreza en la que se encuentran sometidos miles de hombres, mujeres y niños es la primera violación de los derechos humanos".
La que habla es la licenciada en psicología Graciela Taquela -especialista en salud pública- ayer en la Redacción de EL DIARIO. La delegación local del Colegio de Psicólogos de la provincia iba a enviar una carta de la profesional, como integrante de la entidad, en el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, que se conmemora el martes, pero decidimos hacerle una entrevista. Y fue contundente: "La tortura, en sus diversas y aberrantes modalidades, continúa siendo una práctica común. La tortura sexual constituye una forma difundida de tortura frecuentemente silenciada, sólo valientemente denunciada por quienes tienen un compromiso público ante la trata de personas".
Agregó que "la criminalización de la pobreza y la protesta social es una modalidad de las políticas represivas ampliamente desarrollada en la región latinoamericana y en nuestro país".
Para la profesional, en Argentina existen "indicadores alarmantes" de violaciones a los derechos humanos, "aunque se encuentran ocultos o tergiversados" y pone de ejemplo a la portada de la revista Madres de Plaza de Mayo en la que aparece César Milani, el cuestionado jefe del Ejército.
Recordó que como profesional acompañó a familias durante la dictadura militar ante secuestros y desapariciones, y luego, ya en democracia, asiste a ciudadanos en busca de oportunidades de trabajo, educación, salud e inserción social. Y quizás por eso se siente autorizada a hablar con énfasis. "La incidencia de un marco social predominantemente de exclusión por un lado, y por el otro de mensajes permanentes de situaciones delictivas e impunidad que comprometen a altos funcionarios, que son ocultadas, negadas o minimizadas por el Gobierno, tienen sobre la salud mental, la conducta y la subjetividad, la familia y los diversos grupos sociales y la comunidad en su conjunto una innegable influencia, que podría explicarnos en parte la compleja situación actual". Ilustró con lo ocurrido en Córdoba: "Se robó por odio, violencia o delincuencia, por lo que fuera. Sostengo que también se robó por hambre, por hambre de valores. Por desnutrición de pensamiento, por un vacío no solamente de omisión o ausencia de un Estado sino por enunciados identificatorios inducidos desde el Estado, que han tomado la forma de una representación social, un mecanismo que parece demasiado a lo que ya fuera observado durante la dictadura", afirmó.
También advirtió sobre las consecuencias de la precarización laboral: "La defensa individual del trabajo en bienes cuando se lo ha podido conservar, aunque sea en condiciones injustas y la convivencia con la aparente facilidad de quienes viven de los planes sociales, tiene efectos devastadores para la salud mental de una sociedad". "Los principios de una salud pública, ‘prevenir o reparar el daño’, están desafiados en la actualidad por una realidad que mucho se parece a un desastre no natural", advirtió.
"El tejido social está roto desde hace rato. Esto de Córdoba es un síntoma más. Lo que nos dicen de que tengamos cuidado con el caos de 2001 es una falacia. El 2001 se repite cada diez años, ojo", opinó.
"Nos vienen diciendo que ése no trabaja, que son cinco en la familia y los cinco ganan planes sociales. No digo que sufran más que uno, pero esa familia está sometida a eso, a que vivirá de un plan social. La contraprestación me parece algo perverso: ver esa mujer en la calle pintando una reja para un desfile o cambiando plantitas, no es producción, no es industria nacional".
“No diré que le demos tiempo a los políticos”
-Usted traza un panorama que permite concluir en que la democracia tiene muchas deudas pendientes en derechos humanos.
-No, no lo pondría así. Una neuróloga dinamarquesa, directora de un centro de rehabilitación de torturas de la capital de Dinamarca, dice que en una democracia donde subsiste la tortura no es democracia. No diré que le demos tiempo a los políticos. No, esto se hace en horas. Así como en horas vos podés salvar una vida o no en el hospital, también hay situaciones de injusticia social que en horas podés resolver. Sí.
-¿Con voluntad política?
-Claro.
-¿No la tienen?
-No lo diría así. Una cosa es el ideario político de un partido, pero otra cosa son quiénes lo ejecutan. Acá hay otros idearios. Parece que se toma lo peor, en el sentido de acusar a los que pensamos diferentes de cosas que no somos. Observo esta contradicción: un Gobierno que tiene oficialmente oficinas, lugares y leyes que declaran la igualdad entre los sexos, es tan obtuso respecto a la diferencia de pensamiento. Sean consecuentes: si aceptamos todo, aceptemos todo y que prevalezcan las mejores ideas y propuestas.
Por otro lado, analizo qué mensajes se dan. Fijate que cuando la persona es víctima del saqueo, se pregunta por qué le sucede esto. Y más allá de si es una lucha de pobres contra pobres, hay un sector no educado que es más sensible a ciertos mensajes.
-¿Qué mensajes?
-El de “aquel es el culpable de lo que yo no tengo”. Entonces voy y lo destruyo. Esto se ve a nivel mundial.
-¿Es adrede ese mensaje?
-No digo eso, pienso que es su característica. En la época de Alfonsín, yo me planteaba que Alfonsín aceptaba la represión porque estaba con las leyes de Punto Final y mis amigos me respondían que él era un buen tipo, que yo no podía creer eso. Pienso que fue su madurez política. La madurez les da hasta ahí. Voy a recordar a Sabato en el Prólogo del libro “Nunca más”: no se combatió la subversión con las sabias leyes que emanan de nuestros fundamentos como Nación. Se utilizaron otras armas porque esa era la cabeza que tenían los que iban a ejecutarlo.
La profesional habla de la última edición de la revista de las Madres, con Hebe de Bonafini y Milani abrazados. "Estuve en el comité de recepción de Hebe en 1984. Tuvo una trayectoria a lo largo de 25 años y después cambió. Tomó un rumbo diferente al que tenía".
-¿El Gobierno utiliza a los organismos de derechos humanos?
-Está muy claro que los organismos de derechos humanos fueron un target más en 2007. En algunos casos lo logró. ¿Qué le decimos ahora a los estudiantes? Porque hace poco vino Hebe invitada por el Inescer. ¿Qué le decimos a los estudiantes que le hemos dado determinado discurso? Por suerte los jóvenes son los que van a cambiar todo.
-¿En qué se avanzó en derechos humanos con el kirchnerismo? Menem hizo poco y nada.
-Sí, pero Menem le dio lugar a ex combatientes de Malvinas, aunque después no se acordó más de ellos. Los Kirchner y la lucha del pueblo lograron la derogación de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. Si digo que fue nomás este Gobierno, estoy diciendo que no existe lucha en este país. Y existe lucha en este país, gente que se expone, existe un Julio López que desaparece o la compañera testigo en el juicio a Etchecolatz que fue asesinada en circunstancias poco claras, como tantos asesinatos poco claros.
No quiero ser despectiva para nada, pero fue un target más.
No puedo dejar de reconocer el hecho de sumar voluntades para el matrimonio igualitario. El derecho a la identidad es un derecho básico. Pero a mí me interesa más decir que no está garantizado el derecho al alimento, a la educación y a la movilidad social. Por eso, no voy a decir qué es lo que hicieron sino lo que no hacen.
Después, tenemos presupuesto educativo en la universidad de aquí. Hay sectores en que se nota mucho la apuesta.
El país viene mal, se tiene que levantar. Viene mal a nivel de soberanía territorial, de entrega de partes ricas, avasallando derechos adquiridos de pueblos originarios. Es algo muy terrible.
El personal de salud está tan agobiado que a veces pierde de vista que su misión es cuidar el paciente, pero no puedo eludir que está muy atacado y presionado por el Estado, entonces hasta qué punto puede seguir cuidando al otro.
-¿Qué reflexión hace sobre la Policía de la Provincia de Córdoba, acusada muchas veces por abusos?
-Conozco el ensañamiento policial con la juventud. Me hago cargo de lo que digo. Lo conozco.
Diego Bengoa
Fotos: Osvaldo Carballo