Las nuevas tecnologías han revolucionado el mundo de la comunicación, estableciendo canales que diariamente son utilizados por adultos y jóvenes para generar y sustentar nuevas relaciones.
Las denominadas “redes sociales” permiten intercambiar contenidos de todo tipo (opiniones, comentarios, fotos y videos), pero también constituyen el medio utilizado por delincuentes que, enmascarando su verdadera identidad, establecen contacto con menores o adolescentes, a quienes engañan fingiendo empatía, similitud de intereses y hasta contención emocional con la finalidad de concretar un abuso sexual.
En otros casos, el pedófilo se hace pasar por otro adolescente y, mediante mecanismos de seducción, busca el intercambio de imágenes comprometedoras de contenido sexual, que luego son utilizadas para extorsionar a las víctimas con la amenaza de su exhibición a familiares o amigos.
En todos los casos, el objetivo de estas acciones es uno solo: mantener un encuentro real con el menor para abusar sexualmente del mismo.
La palabra grooming es un vocablo de habla inglesa y se vincula al verbo groom, que alude a conductas de “acercamiento o preparación para un fin determinado”.
Nuestra comunidad no está ajena a estos peligros, habida cuenta de que ya se han realizado procedimientos policiales en el marco de actividades de esta índole, por lo que como padres debemos estar atentos e informados para poder concientizar a nuestros jóvenes desde el seno familiar y con el involucramiento total de las instituciones educativas.
En nuestro país se aprobó recientemente la incorporación al Código Penal de la figura del grooming como delito, estableciéndose sanciones y penas de prisión de hasta dos años a todo aquel que cometa actos de grooming utilizando cualquier medio electrónico.
Sergio Martínez
Perito informático - MP 2927
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