No muchas veces se puede lograr la convergencia sobre la mesa de trabajo (en este caso la de la producción periodística) de proyectos de vida vinculados con la ciencia y la tecnología, de la celebración de un sector profesional (hoy es el Día del Optico-Contactólogo), de la extensión de una institución educativa hacia la comunidad y, sobre todo, de la contribución para con los que menos tienen.
En homenaje a tan feliz coincidencia, EL DIARIO da cuenta hoy, en el día del profesional de la óptica, de un gesto que ya lleva dos décadas de vigencia: el proyecto “Optica Solidaria” de la Escuela Normal Víctor Mercante de Villa María.
Por ello sumamos a este relato a dos jóvenes estudiantes que, en 2011, llegaron desde la ciudad de Paraná a Villa María para estudiar la carrera Técnico en Optica y Contactología en la institución sobraliana, Juan Francisco Sánchez y Franco Manzanelli, ambos partícipes de la iniciativa solidaria.
El proyecto
La experiencia educativa y social consiste en el funcionamiento de una óptica, en el Centro Técnico que posee la institución, destinada a la confección de anteojos para personas de sectores carenciados residentes en Villa María y Villa Nueva.
“Se trata de un compromiso muy grande”, expresó uno de los jóvenes entrerrianos, quien refirió que todos los trabajos “se realizan en el taller-laboratorio” y subrayó que “los anteojos se realizan según la receta expedida por el médico oftalmólogo y con la autorización del asistente social del organismo público que la expida”.
Sánchez y Manzanelli, quienes explicaron que la elección de la institución villamariense para realizar sus estudios obedeció a que la misma “tiene un gran prestigio”, precisaron que el armado de los anteojos solicitados son realizados por los alumnos de tercer año de la carrera Técnico Optico, especialista en Lentes de Contacto, quienes están orientados y supervisados por los profesores de la disciplina específica (Taller de Optica Oftálmica).
Los cristales son provistos por la escuela, al igual que los armazones, que se guardan en el Banco de Anteojos usados, los que son obtenidos a través de campañas solidarias que se generan desde el Nivel Superior durante distintas épocas del año.
Una vez detectada la necesidad, “son los alumnos, con el control del docente, quienes reacondicionan los armazones donados”, explicaron los futuros técnicos que actualmente cursan el tercer año de la carrera.
Los cristales
A raíz de que la demanda es cada vez mayor, “en ocasiones no podemos satisfacerla debido a la falta de recursos económicos para hacer frente a la adquisición de los cristales”, dijeron.
Agregaron los jóvenes que “se cumple con los compromisos asumidos en la medida que lleguen los cristales” que son provistos por laboratorios de Rosario y Buenos Aires, a la vez que aclararon que “parte de la materia prima para la producción de los mismos se importa desde Alemania y China”.
Precisamente, para la adquisición de los cristales (que “pueden ser de vidrio o de materia orgánica”) hay empresas del rubro que colaboran con el Taller de Optica Oftálmica donándolos.
Beneficiarios
Se apuntó, a renglón seguido, que las demandas de este servicio provienen de organizaciones de bien público, de hospitales de Villa María y Villa Nueva, de la Unidad Penitenciaria local, de las escuelas urbano-marginales, de Caritas o del Area Socio-Comunitaria de la Municipalidad.
Al respecto, los estudiantes consultados señalaron que la mayoría de los beneficiarios de los anteojos que ellos mismos confeccionan “son niños escolarizados y personas mayores de 40 años de edad”.
En tal sentido, apuntaron que, durante el presente año, se ha entregado alrededor de un centenar de anteojos debidamente recetados por oftalmólogos a personas que, de otra manera, no podrían disponerlos por razones de índole económica.
Solidaridad
En las postrimerías del encuentro con los inminentes técnicos ópticos, que ya evalúan la posibilidad de continuar la especialización con la articulación de los estudios de la Licenciatura en la Universidad Nacional de Villa María (“una de las más importantes junto a la de Rosario y La Plata”, apuntaron), remarcaron que este proyecto se hace realidad mediante “el trabajo interdisciplinario”.
“No sólo tenemos que realizar los anteojos -dijeron-, sino que también tenemos que encontrarnos con la persona que los necesita, por lo que también aprendemos a tratar a los depositarios de nuestro trabajo; como así también es preciso que compartamos la experiencia con el asistente social y otros profesionales”.
Destacaron, así también, que se trata de un proyecto solidario en el que existe un gran compromiso de la institución educativa, por el cual “nosotros trabajamos muchas horas extra, es decir, fuera del horario escolar, para poder cumplir con las demandas”.
Durante la charla los estudiantes de la Escuela Normal Víctor Mercante también hicieron lugar al trabajo realizado en la cárcel local, donde recibieron “el reconocimiento de los reclusos (en su mayoría que se encuentran escolarizados mientras permanecen en el penal) porque para ellos recibir los anteojos es como un mimo y se sienten reconocidos como personas”.
Mención especial
El proyecto “Optica Solidaria” fue incluido entre las 23 instituciones educativas que resultaron finalistas del Concurso de Escuelas Solidarias correspondiente al Programa Escuela y Comunidad del Ministerio de Educación de la Nación.
Si bien no alcanzó los primeros lugares, el proyecto villamariense fue seleccionado para la instancia definitoria entre casi dos mil proyectos presentados por escuelas de todos los niveles de enseñanza del país.
A este proyecto le cupo la mención especial “por el alto valor de la experiencia solidaria”, por lo que también fue objeto de reconocimiento por parte del Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba y de la Dirección de Institutos Privados de Enseñanza (DIPE).
En el día de los profesionales de la óptica, nada mejor que reconocer la labor que realizan en la ciudad y la zona en beneficio de la población, como así también el aplauso por estos 20 años de convergencia del conocimiento aplicado al gesto solidario desde una institución que de esto sabe mucho y tiene gran visión.
De eso se trata, de un proyecto que, desde la óptica, rompe con la miopía del individualismo mediante la luz de la solidaridad.