En representación de las cuatro cadenas de valor de la agricultura (girasol, trigo, soja y maíz), el presidente de ACSOJA, Miguel Calvo, cifró esperanzas en que se abran canales de comunicación para resolver los problemas del sector a partir de la asunción de Carlos Casamiquela como ministro de Agricultura.
Dijo que es un momento clave para posicionar a la agricultura argentina en el mejor nivel del mundo, aunque cuestionó las dificultades para la comercialización.
“Producimos alimentos para 400 millones de personas, pero contamos con el potencial para alimentar a muchos más. Nuestro país dispone de un agro e industria altamente eficientes con, además, excelentes fabricantes de maquinaria agrícola, biotecnología, fertilizantes, fitosanitarios y los más eficientes productores ganaderos, de pollos y cerdos del mundo.
Atravesamos un momento único que conlleva la posibilidad de ser líderes globales en la provisión de alimentos brindando, al mismo tiempo, oportunidades de trabajo y desarrollo a miles de personas.
El Plan Estratégico Agroalimentario, PEA 2020, proyectó el alcance de los 160 millones de toneladas de granos. Una meta lograble pero, al día de hoy, imposible de llegar por las trabas cotidianas. El aumento de los rendimientos es clave para alcanzar la meta fijada y depende de la inversión y aplicación de tecnología, difícil de lograr si no existe una rentabilidad razonable en los distintos eslabones que componen nuestras cadenas productivas.
La arbitrariedad de los Permisos de Exportación (ROE) y la excesiva presión impositiva han impedido y continúan limitando el accionar. Sobran ejemplos y entre ellos el trigo ha sido y es figura relevante.
Las alícuotas de aranceles de exportación vigentes tornan inviable el desarrollo de la actividad en áreas alejadas a los puertos y muy difícil para aquellos que aun en cercanías a los mismos, tengan escasa producción por efecto del clima u otros imponderables.
Zonas geográficas del país como el Norte Argentino, tanto NOA como NEA, han sufrido dos años de terribles condiciones climáticas. En esta y otras situaciones, las retenciones constituyen una confiscación de capital al no superar los puntos de equilibrio mientras deprecian el valor de los escasos kilos producidos.
Las devoluciones de saldos de IVA son un atraso pendiente y preciso de ser corregido. Afecta a todos los miembros de nuestras cadenas y constituye un limitante de capital de trabajo.
Trabajar en la actualización de la Ley de Semillas que permita disponer de los avances genéticos es una herramienta necesaria para el objetivo propuesto.
Una ley de fitosanitarios que dé un marco de aplicaciones más seguras está alineado con el camino deseado a transitar. Queremos destacar el trabajo que con el apoyo del Ministerio de Agricultura, dio origen a las “Pautas sobre Aplicación de Productos Fitosanitarios en Areas Periurbanas” con el objetivo de mejorar las buenas prácticas agrícolas y darle un marco a esta problemática. Es un muy buen ejemplo de cooperación público-privada que creemos se debe replicar”, concluyó.