Hugo Calderón contó ayer a EL DIARIO que hace "cerca de un año" que está construyendo su vivienda en calle Arenales al 500, en una de las manzanas que fueron ocupadas por decenas de vecinos en julio de 2009 (ver páginas 4 y 5).
Y, mientras busca finalizar su casa, divide su tiempo entre el trabajo en una panadería y su escuela de boxeo, que tiene en calle Granaderos Argentinos, frente a las vías del ferrocarril.
Agradeció, durante la entrevista, un par de veces a la diputada Nora Bedano por su ayuda para la misma y aseguró que tiene "a los mejores boxeadores".
Precisó que hay 10 alumnos y que dos de ellos perfilan para una carrera profesional. "A Sebastián y Omar Domínguez les va muy bien", indicó, prometedor.
En este barrio también habita Oscar Bazán, un joven de 18 años, que se acerca a la entrevista.
"La mayoría de mis alumnos son del barrio y tienen de 15 años en adelante. Hago todo esto para sacarlos de la calle, porque de esta manera cambian mucho sus formas de ser", aseguró.
Oscar coincidió con Hugo. Dijo que inició la práctica de este deporte hace cuatro años y que le gusta mucho. "Me atraía el fútbol, pero me dediqué al boxeo y me gustó; veré de llegar lejos", confesó a EL DIARIO.
Recalcó que la disciplina es esencial. Y que "es muy lindo poder ir a pelear afuera y que te conozca la gente".
Está de novio, pero no admite advertencias de parte de ella por las características del deporte: "Cada uno hace su vida y si ella hace algo yo no me puedo meter". Contó que es primordial mantener un buen estado físico; por eso corre y hace gimnasio dos horas y media diarias.
Calderón declaró, ante una pregunta de este matutino, que necesitan elementos para la escuela. "Tenemos solamente dos o tres bolsas y nos hace falta el ring. Es caro, tengo uno, pero me gustaría que me ayuden a ponerlo en condiciones", apuntó.
Terminar la casa
El entrevistado confió que no pudo aún terminar su vivienda en los terrenos ocupados en 2009 "porque no me alcanza", pero desde hace un año está construyendo. Allí vivirá con su compañera y seis hijos.
"El municipio me dio algunas cosas, pero todo fue a pulmón, ahora veré si Nora Bedano me ayuda de nuevo, en su momento me dieron chapas y tirantes", reveló.
Hizo hincapié en la comunión entre todos los vecinos para ir ayudándose a construir sus respectivos hogares. "No nos alcanza para pagar a un albañil", argumentó.
"Pienso que a fin de año, con el aguinaldo, podría estar terminándola", concluyó.