Fue una final. Se jugó como un partido definitorio, con la adrenalina al máximo, con condimentos al por mayor y con lo más importante de este deporte, los goles.
Deportivo Argentino y Rivadavia dieron una gran demostración de fútbol, empatando 3 a 3, en la primera semifinal del Clausura de la Liga Villamariense.
El “Verde” empezó de la mejor manera, sacando diferencia de dos, parecía que era la tarde perfecta para los dirigidos por Marcelo Santoni. Pero de repente se vino la reacción del “Lobo”, para meterse en el partido remontando el resultado, entregando ambos una igualdad emocionante, hasta el último minuto. De esta forma, todo quedó abierto de cara a la revancha.
A decir verdad, Rivadavia tomó las riendas del partido desde el minuto cero. Los visitantes se mostraban mejor con la pelota, ante un local que no hacía pie dentro del cotejo.
Una par de llegadas con mucho peligro en los pies de Federico Ferrer y Franco Garis, más un disparo de Franco Rojas, hacía prever que si había un gol tenía que ser del cabralense.
Y así fue, porque a los 23´, Matías Rojas habilitó a Ferrer, para que el delantero “enganche” ante la marca de Braun y defina con toda la calidad, colocando el 1 a 0. La pregunta era si el “Toro” había partido habilitado cuando se inició la jugada.
Cuando todavía Deportivo Argentino no había logrado asimilar el golpe de su rival, llegaría el segundo de la tarde para la visita. Fue luego de un error de Germán Danna, que no pudo despejar el balón. Entonces, Ferrer lo tomó y dejó solo a Franco Garis, para que el “Pollo” la empuje al 2 a 0.
Era el inicio soñado para todo Rivadavia, que se ponía arriba y sacaba varias cabezas de ventaja.
Pero cuando nadie imaginaba una reacción posible de Argentino, el local finalmente despertó. Porque apareció dentro del área Facundo Ñañez, para empujar la pelota al gol, en el primer palo, decretando el 1-2, dándole vida a los suyos.
Ese tanto, más la roja a Ferrer cuando se moría el primer tiempo, fueron la mejor inyección anímica, para que los pupilos de Christian Romero salgan a jugar el complemento con la mente puesta en dar vuelta la historia. Y así fue.
Porque Deportivo Argentino, salió con todo. Pasó a defender con tres (Tóffolo por Braun), atacando con mucha más gente.
Por su parte, Rivadavia se retrasó excesivamente y entonces quien manejaba los tiempos y la pelota era el local.
Mucho más aún, cuando a los 9´, Gonzalo Ñañez pisó el área para controlar y definir de “puntín” contra el palo izquierdo de José Gobbi. 2 a 2 y todo como al inicio.
Los cabralenses no lo podían creer, mientras veían como todo Argentino con Claudio Díaz a la cabeza, más los tres Ñañez, marcaban el ritmo en el medio juego del local.
En el visitante saltaron a la Gastaldi y Ponce, buscando piernas frescas, pero nada cambio, teniendo en cuenta que las más claras seguían a favor del “Lobo”.
Hasta que a los 29´, Díaz metió en cortada para Manuel Márquez. Este llegó al fondo y dejó “solito y solo” a Gonzalo Cortez, para empujar la pelota al 3 a 2.
Locura y festejo para todo el barrio Nicolás Avellaneda.
Pero poco duró la alegría del conjunto villamariense, ya que dos minutos más tarde, era su rival quien se llenaba la boca de gol.
Porque a los 31´, Germán Danna en su afán por despejar, impactó en el cuerpo de Ponce y el árbitro marcó penal. Marcos Berterame se hizo cargo del mismo, con un disparo seco y potente, marcando el 3 a 3 con el que terminaría el este “partidazo”.
Ya en el final, Márquez golpeó a Matías Rojas y se fue a las duchas expulsado, entonces ambos finalizaron diez contra diez, con Rivadavia a tiro de la victoria, de no ser porque el palo le dijo que no, al tremendo cabezazo de Berterame, tras centro de Ponce.
Fue empate, justo empate, para dos equipos que mostraron todo su repertorio, entregando todo su fútbol, prometiendo una gran definición en la revancha. Fue una tarde de locos, de fútbol, de goles.
La figura
Franco Gozzerino. Fue un “motorcito” desde el lateral derecho para Rivadavia. El juvenil jugó en una posición no habitual para él, pero lo hizo muy bien con la marca y también a la hora de pasar al ataque. Gran primer tiempo de Ferrer, hasta la roja, con gol y asistencia. En el local, buen complemento de Claudio Díaz.
El árbitro
Gustavo Villalba. Tuvo un discreto arbitraje. Alternó buenas y malas. Se apuró en amonestar a Ferrer y luego lo terminó expulsando por doble amarilla. Bien en el penal de Germán Danna a Ponce, pero obvió la segunda amarilla para el defensor de Argentino. Dejó pasar varias infracciones alevosas. Correcta roja a Márquez por golpe sobre Matías Rojas.
