Del total de los que se desempeñan en los Centros de Atención Primaria de La Salud (CAPS) barriales, menos de 15 revisten la categoría de contratado o personal de planta, mientras que el resto, alrededor de 50, son becarios.
Los becarios perciben un monto mensual de la Nación por el programa “Médicos comunitarios”, pero no tienen ningún derecho como trabajador (aguinaldo, aportes jubilatorios, obra social).
La situación salió a luz el martes último cuando un grupo de trabajadores fue a reclamar ese mismo día a la Municipalidad porque aún no les habían depositado "la beca" de noviembre, lo que finalmente se hizo efectivo ayer.
Cabe señalar que cuando llegó el programa a Villa María el Ejecutivo municipal firmó un decreto por el cual, en caso de que la Nación no envíe los fondos, se responsabilizan a hacer efectivo el monto de la beca. Por esa herramienta legal es que fueron a reclamar a la comuna, donde les manifestaron que, en caso de no llegar los fondos, efectivizarían ellos el pago. Finalmente el dinero llegó, pero la mora dejó al descubierto la inestabilidad laboral que viven los trabajadores de la salud que sostienen programas preventivos en los barrios.
Finalmente, cabe señalar que si bien el programa comenzó a ponerse en funcionamiento a mediados de este año, los profesionales y agentes de salud que lo sostienen vienen desempeñándose laboralmente en los dispensarios. Primero como facturantes, luego, algunos lograron obtener contratos, pero retrocedieron a la categoría de facturantes y, finalmente, quedaron en el último eslabón como becarios.
Hay personal que lleva 18 años de antigüedad en estas condiciones, lo que excede todo lógica para aplicar el concepto de "beca" o de "capacitación".