Un relevamiento realizado por EL DIARIO permitió corroborar que la mayoría de los locales de venta de carne vacuna ya no toma pedidos de los tres cortes clásicos para la mesa navideña: lengua, matambre y peceto.
El kilo de estas dos últimas opciones ronda los 60 pesos y se calcula que rinden para cuatro personas, porque son aprovechables en su totalidad, con algún acompañamiento.
Otra opción es la tira de asado que se acerca al precio de los cortes mencionados, pero según comentó Víctor, carnicero de Alaniz, “es lo más elegido para el 25 o el 1 de enero para distenderse al aire libre”.
Respecto al tema en cuestión agregó que “las carnicerías traen siempre la misma cantidad de medias reses durante todo el año, no se incrementa por las fiestas”.
La tendencia relevada no se debe a un desabastecimiento en el mercado central, sino que pudo observarse en pequeñas carnicerías de distintos barrios de la ciudad porque trabajan con medias reses y no todo se utiliza, entonces intentan no arriesgar con inversiones mayores a las de cada semana.
Así es que como estas proveedoras no tienen suficiente respaldo para responder a las solicitudes, ya que manejan una mercadería de entre ocho y 14 medias reses a la semana, ello equivale a una cantidad de ocho a 14 pecetos o matambres.
Ante esta situación, prefieren no perder los clientes y por eso sólo entregan los encargos que tomaron hasta principios de esta semana, unos 20 aproximadamente.
El problema es el consumo de carne
En El Fogón, su propietario comentó “éste es un problema que se repite todos los años porque al concentrarse las ventas en dos o tres cortes, el resto se convierte en pérdidas para nosotros. Después hay que disfrazar esa carne en hamburguesas o embutidos”.
Aunque como es un tema previsible, agrega que una opción fue “comprar lengua en grandes cantidades a un frigorífico para al menos responder a esa demanda”.
Mientras que en las más grandes como Alaniz o los supermercados que trabajan con más de 20 medias reses por semana, el problema es que ha disminuido la demanda.
En Alaniz comentaron “hasta hace unos cinco años para esta época ya teníamos completos los cuadernos de reservas, pero la gente ya no tiene el mismo espíritu para reunirse, además que hay muchos gastos y esperan al último día para comprar. De todos modos, hasta el 23 vamos a recibir pedidos”.
Por último, un detalle importante es que el resto de los cortes es difícil de vender y, como aseguraron en la Carnicería Santa Rita, “después del 31 de diciembre todos se van de vacaciones y disminuye mucho el consumo en la ciudad.
Todos los años nos quedan pendientes muchos kilos de carne que tampoco se conservan demasiado”.
Entonces, “se trata de un cambio en las pautas de consumo que por distintos motivos variaron. No se trata de la predisposición de los vendedores, sino de exigencias de los clientes”.