Desde hace más de cinco años y con la actual gestión a cargo de José Corigliano, presidente, y Sebastián Trecco, vicepresidente, el centro ha planteado en reiteradas oportunidades la necesidad de que el municipio le dé respuestas a la problemática del tránsito.
En el último tiempo, una problemática que se suma es la de los robos y hurtos en cualquier momento del día que, según entienden los vecinos, se desprende del tráfico de motos dentro del barrio.
Ante la llegada de EL DIARIO a las inmediaciones del centro vecinal, se encontraba aguardando un grupo de habitantes del lugar que conforman la comisión y estaban comentando un hecho de robo y violencia ocurrido la noche anterior a una vecina en calle Príngles. La preocupación parece desviar la inquietud inicial del tránsito y todos se avocan a contar cómo se ven “azotados” por la delincuencia.
De acuerdo a lo que comenta uno de los vocales, Fernando Mosquera, “hasta hace dos años rompían las puertas de las casas en la hora de la siesta y se llevaban todo, después de que la Policía controló un tiempito esa modalidad se calmó. Ahora pasan en las motos en cualquier momento, paran a la gente -acá hay muchos ancianos-, les pegan y roban una billetera o rompen los vidrios de los autos estacionados en la vereda para agarrar lo que pueden”.
Trecco asegura que la solución debe ser conjunta con la Municipalidad y la Policía, “no sirve con contratar seguridad privada en las esquinas porque tampoco está permitido. También ocurre que los vecinos no se animan a denunciar”.
En este sentido, suma “que Villa María se vuelva turística es interesante, pero no se puede perder la calidad de vida de los vecinos”.
El problema del tránsito
Sebastián Trecco anunció el tema de la circulación de vehículos como un inconveniente que desde el municipio “no es que no dan respuestas, queremos acciones. En septiembre tuvimos una reunión con Carlos De Falco, que fue el primer funcionario en recibirnos del municipio, tiene buenas intenciones, pero le faltan recursos humanos”. Agrega que ellos no han sido beneficiarios de ninguna ayuda económica, como sí recibieron otros centros vecinales, y que lo único que necesitan es que comiencen a contemplar sus propuestas. Ellos presentaron un plan de política estratégica de tránsito que consiste en invertir el paso del tráfico sobre avenida costanera, para evitar el ingreso de motos al barrio, en su ímpetu por evadir los escasos controles.
Además, solicitaron que el Presupuesto Participativo contemplara la colocación de un semáforo en la intersección de la avenida Dante Alighieri y Bolivia, que “no fue prioridad frente a las necesidades de otros barrios. Además, sería importante colocar otro en bulevar Cárcano y Tucumán, dos puntos neurálgicos -sobre todo los domingos, en la vuelta al perro- focos de constantes accidentes”.
Mosquera concluye: “Nosotros no somos colchón entre la municipalidad y los vecinos, esta gestión escucha a los vecinos y puso muchas veces a disposición el centro vecinal para hacer reuniones para concientización del tránsito y nunca tuvimos una respuesta”.
Pone en relación la vigilancia que hacen quienes asechan el barrio con el desvío del tránsito de las motos y asegura “no hace falta crear nuevas ordenanzas como la de reducción de velocidad en la costanera, sino hacer cumplir las que están vigentes”.