La jueza de Niñez y Penal Juvenil de Villa María, Cecilia Fernández, reveló que en 2013 hubo un notorio incremento en delitos cometidos por menores e hizo hincapié en el aumento de hechos de abusos sexuales.
-En los partes de prensa diarios de la Departamental San Martín se evidencia una constante detención de menores. ¿Ha existido un crecimiento de la delincuencia juvenil?
-Sí y creció bastante la cantidad de abusos sexuales: de menores que abusan de otros menores e incluso con víctimas mayores.
-¿Por qué cree que se da esto? De la investigación, ¿arriba a una conclusión de por qué ocurren estos hechos?
-Creo que en muchas circunstancias, la cuestión se plantea porque o fueron víctimas de abusos y tienen conductas reiterativas o por falta de educación en la faz sexual. Muchos han sido víctimas de abusos. Nos ha resultado como llamativo que han crecido los casos este año. Pero más allá de eso, por ejemplo, tengo imputado por robo en un expediente acá en el escritorio a un niño que tiene 11 años.
-¿Ha visto en años anteriores este cuadro?
-Las causas con menores va incrementándose año a año. Vengo sosteniendo que es por falta de contención familiar y falta de educación, que son los dos parámetros que hacen que esto no suceda. No se trabaja en la prevención, no hay un trabajo responsable de quienes tienen que trabajar conjuntamente con el Poder Judicial, como es el caso de la SENAF. Mandamos a un chico para internarlo, para que se evalúe su cuadro y cuando debe tratarse no hay lugar en donde hacerlo. O permanece internado un tiempo e inmediatamente nos dicen que el chico está en condiciones, siendo que no se trabajó con la familia y retorna al mismo ámbito en iguales condiciones o más graves. Esto hace que exista la reincidencia. Nosotros tenemos contacto directo y personal con cada uno de los menores, hacemos toda la intervención que corresponde al ámbito de la Justicia, pero la asistencia y el tratamiento no depende del Poder Judicial sino del Ejecutivo, que es el que se tiene que poner firme en estas cuestiones.
-¿De acuerdo a lo que usted observa a diario, se roba por necesidad?
-Creo que no. Muchos, la totalidad diría, roban por efecto de drogas o con el objetivo de obtener drogas. No roban para comer, no roban para sobrevivir. Hay una gran deserción escolar, no existe un trabajo serio para la reinserción de estos chicos o por lo menos que yo pueda palpar. No palpo desde ningún lugar que se haga un trabajo serio, claro, contundente, con seguimiento, con apoyo para que el chico vuelva al circuito educativo. Es más, cuando pedimos información del seguimiento que se hace, cómo se trabajó, vemos que es todo tan ligado con alfileres que lo pasan de un año para el otro. Dicen que están en gestiones y así sucesivamente. Falta trabajo y seriedad en prevención, que también va generando delitos. No hay políticas serias para trabajar con menores en situación de riesgo ni tampoco para quienes están en conflicto con la ley penal. Es poco y nada lo que se hace.
-En su mayoría, ¿son protagonistas únicos de los delitos que cometen o hay un aprovechamiento de los mayores utilizándolos?
-Hay muchos casos de menores solos. En algunas causas hay mayores, interviene la Fiscalía y nos brindan los elementos para las medidas tutelares de menores. Una vez que se los declara culpables, podemos intervenir.
Cabe consignar que los menores de 16 son inimputables, si tienen entre 16 y 18 años el régimen es parecido a los de los adultos pero no van a la cárcel, salvo cuando se cumple determinada edad y se produce el juzgamiento y son mayores. La jueza develó que tiene un solo caso en la cárcel, a la que el joven ingresó ya siendo mayor y por homicidio.
Por otro lado, la magistrada interviene en el expediente que involucra a un menor en un homicidio, en el marco de una causa que no fue finalizada respecto a los mayores comprometidos en el hecho. En ese caso, el pibe “está en un instituto de menores y estamos trabajando en medidas porque el chico modificó la conducta, tiene un comportamiento positivo y muy importante en su vida, ha empezado a trabajar, colabora familiarmente y tenemos informes positivos”, lo que la llevó a permitir su salida 15 días. “Una vez que la Justicia de mayores determine su responsabilidad, veré si aplico pena o no, o si determino menor pena en razón de esas modificaciones que son muy positivas, porque la ley busca que los recuperemos”.
-¿Son adecuados los institutos?
-Relativamente. En algunos casos sí. (N. de la R: en Villa María no hay. En la provincia hay un solo instituto que no permite su egreso).
-¿Qué medidas toma cuando, precisamente, es menor de 16 años?
-La ley tiene una gama de medidas. El juez no tiene la facultar de decir “tomo esta medida porque me parece que es la que corresponde”, sino que son determinaciones que debemos cumplir e ir evaluándolas. La ley establece mantenerlo en el medio familiar o bajo la guarda de un tercero, tío, primo, vecino; la sujeción a guarda con régimen de libertad asistida; la atención integral a través de proyectos, cuando carezcan de familias o de terceros en condiciones de cumplir esa guarda (no hay muchos de estos casos, la mayoría tiene alguien pero hay que trabajar con ese familiar); atención especial por la problemática de salud o adicciones, donde hacemos agua por todos lados y la atención integral en un establecimiento donde no puedan externarse por sí mismo. A esta última medida se la evalúa cada seis meses porque el espíritu es que permanezcan el menor tiempo posible institucionalizados, lo que comparto plenamente.
-¿Qué reflexión realiza cuando un sector de la sociedad demanda mano dura para los menores que cometen delitos?
-Lo escucho todos los días, en todos lados. Creo que más que pedir mano dura habría que pedir que se cumpla con lo que establece la ley, que a los menores se les de la educación, el trabajo, todo lo que hace falta para que se inserten en la sociedad para que no sean peligrosos. ¿Qué pasaría si lo rescatamos, si fueran a la escuela, si les damos los medios para que la familia tuviera un trabajo digno, no un plan?
El agravamiento de las penas no va a modificar las conductas. De los mayores ya sabemos que no es así. En cuanto a los jóvenes, que no opera la reincidencia cuando son inimputables porque no se les atribuye la comisión del delito, sería muy importante que los recuperáramos. Con la pena no se va a ninguna parte. A la ley penal de menores hace años que la están por modificar y no lo hacen y se centra sólo en bajar la edad de imputabilidad, lo que es absurdo. Falta seriedad, realmente falta compromiso político de quienes deben dictar las leyes para que los jueces puedan aplicarla como corresponde.
-Cuando habla con los menores, ¿detecta arrepentimiento en sus actos?
-En algunos sí, otros no. Algunos dicen ‘la verdad que no robo porque no puedo salir’, otros se arrepienten, otros reinciden.
-¿Y en los casos de abusos? ¿Qué le dicen?
-Hay una cierta naturalización si ellos ya han sido víctimas. No alcanzan a comprender la gravedad de los hechos porque no son del todo maduros para entender. El abuso es muy delicado porque sienten culpas, miedos, placeres. Son sentimientos controvertidos, encontrados.
-Adolescentes de algunos barrios nos han contado en numerosas ocasiones que la Policía los detiene por la famosa “portación de rostro”. ¿Qué puede decirnos respecto a la actuación policial?
-En principio, de la Policía de Menores no tengo nada que decir. No es la Policía de Menores la que hace este tipo de detenciones. Sí se han registrado problemas muchas veces con el CAP, últimamente no ha habido mayores inconvenientes pero cuando estaba otro jefe policial, lo llamé a mi despacho y le expliqué claramente cuáles son los derechos que tienen los niños y las obligaciones que tiene la Policía. He tenido problemas con otros jefes que dicen que por culpa de los menores había policías denunciados. La Policía tiene que saber que a los menores -e igual que a los mayores- los deben tratar en el marco de la ley y de la Constitución, respetando sus derechos. Ningún policía debe maltratar a un chico.
-¿No pueden permanecer detenidos por contravenciones al Código de Faltas?
-De ninguna manera
-¿No ocurre esto en la práctica?
-No... que yo sepa no, no vino ningún padre a contármelo. Hemos fijado una posición muy clara, de que ante detenciones los llamen a los padres y los restituyan de manera inmediata a la familia.
Diego Bengoa
Foto: Roberto Zayas
Los números oficiales
En 2012 hubo 170 causas de penal juvenil en el Juzgado a cargo de Cecilia Fernández, según datos oficiales.
En los primeros once meses de 2013 hubo 205.
El año pasado se registraron 110 causas con menores inimputables y 19 con menores imputables (son mayores de 16 años). Hubo tres casos con menores imputables e inimputables.
En tanto, de enero a noviembre de 2013 se abrieron 87 expedientes con menores inimputables y 31 con menores imputables.