Las mujeres se cubren la cabeza con una mantilla. Se multiplican las velas en el altar y el fuerte olor a incienso penetra el aire caluroso dentro del templo ubicado en Alvear y Buenos Aires en esta ciudad.
El sacerdote Iván Bersano eligió el ritual que había sido dejado atrás tras el Concilio Vaticano II y que el anterior Papa, Benedicto XVI, autorizó para que se vuelva a utilizar.
Se trata de una celebración en latín, con el sacerdote de espaldas a la feligresía, aunque algunos tramos son en el idioma del pueblo, en este caso, español, y como ayuda, se entrega a cada asistente un libro guía con traducción de las oraciones hechas en la lengua oficial de la Iglesia Católica Apostólica Romana.
Benedicto abrió la puerta
En julio de 2007, el entonces Papa, Benedicto XVI, emitió una carta apostólica “Motu proprio data” (de su propia iniciativa), titulada con las dos primeras palabras del texto en latín, "Summorum Pontificum” (de los Sumos Pontífices), por la cual restituye la posibilidad de dar misa ante fieles que así lo deseen usando el antiguo ritual romano.
En esa carta, Benedicto hace un recorrido de las transformaciones en la Iglesia Católica, incluyendo también la del Concilio Vaticano II, a partir de la cual la Iglesia tradujo los libros litúrgicos a todos los idiomas del mundo, para que las personas, además de asistir a misa, puedan participar y entender el mensaje dicho por el sacerdote en la lengua del lugar.
El mismo Benedicto fija algunas normas para el uso del misal en latín, entre las que destaca que la coexistencia de ambos ritos (el antiguo y el actual), no debe representar una división en la Iglesia, "porque son, de hecho, dos usos del único rito romano".
La carta “Summorum Pontificum” concluye así: “Todo cuanto hemos establecido con estas Cartas Apostólicas en forma de motu proprio, ordenamos que se considere establecido y decretado y que se observe desde el 14 de septiembre de este año (2007), fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, pese a lo que pueda haber en contrario”.
En Villa María
Sin embargo, al no ser muchos los adherentes a este ritual, Argentina tuvo desde 2007 un lugar en Capital Federal -al menos fue el único que se hizo público- donde se hacía este tipo de celebración.
Desde octubre de este año, con el arribo de Samuel Jofré Giraudo como obispo de Villa María, designó a la Capilla del Rosario para que se concrete ese ritual.
Cabe señalar que las misas del padre Bersano son generalmente a las 7 de la mañana, lo que no quita que en el mismo, el padre Cristóbal Ruiz, celebre como lo viene haciendo desde hace años, la liturgia a la que los católicos están más acostumbrados, en los horarios habituales (19 en los días de semana y 9.30 los domingos).
En la misa de ayer, que fue especial por la Navidad, Bersano explicó aspectos del Evangelio de San Juan. Destacó que la Iglesia Católica "es la única -religión- que tiene la verdad" en cuanto al reconocimiento de la divinidad de Cristo y advirtió que los que no "están contaminados por la modernidad" no les parece extraño decir que Jesús es Dios, hecho que, según dijo, no es así para las mayorías. "Cuántas personas comieron y bebieron en abundancia por la Navidad, pero cuántos comulgaron. Cuántos prepararon sus ropas, lavaron sus cuerpos para la fiesta y cuántos se ocuparon de limpiar su espíritu", preguntó, en otro tramo de su homilía, reforzando el sentido de pertenencia del grupo minoritario dentro de la Iglesia.