El vicepresidente del comité de la Unión Cívica Radical (UCR) de Villa María, Marcelo Barotto, realizó un duro pronunciamiento sobre la transparencia del Gobierno de Eduardo Accastello, analizó los tributos que deben pagar los villamarienses y efectuó una comparación con la situación en la década del 90.
Lo primero que hizo fue cuestionar al jefe de Gabinete José Carignano por declaraciones sobre la deuda heredada de la gestión de Miguel Angel Veglia. Barotto sostuvo que el funcionario oficialista mintió al decir que la administración justicialista heredó una deuda de 25 millones de dólares (por la paridad uno a uno) y lo llamó a brindar “información cierta y comprobable” y no dejarse “llevar por impulsos de politiquería barata, si mantiene aspiraciones políticas para 2015”.
“Los vecinos están acostumbrados a escuchar de los actuales funcionarios municipales cómo descargan la culpa en otros, sin hacerse cargo de sus errores. Como grandes jinetes de la soberbia se presentan como los únicos capaces de gobernar la ciudad y de que todo lo hecho con anterioridad no existió o estuvo mal”, declaró el dirigente del radicalismo.
Tras valorar y resaltar la democracia, recalcó que “la alternancia renueva las ideas, los proyectos, las gestiones” y, en ese sentido, afirmó que “tratar de construir un poder hegemónico no construye una ciudad mejor”.
Añadió: “En Villa María, el poder político gobernante utiliza como táctica el ninguneo o la descalificación de quienes piensan distinto” y consideró que a ese “juego” se presta el jefe de Gabinete. Fue más lejos cuando abundó que “tratan de disimular u ocultar todo aquello que pueda resultar impopular, para lo cual tienen montado un aparato de prensa con partidas presupuestarias millonarias, donde canalizan el marketing y propaganda de la gestión”.
Barotto consideró que Carignano “se olvida que en los años 90 gobernaba el país Carlos Menem” y “a los municipios les resultaba difícil conseguir recursos extras, fueran aportes nacionales o provinciales” y entonces “los gastos se cubrían en su totalidad con las contribuciones locales”. En este aspecto, aclaró que “las tasas que pagaban los vecinos eran valores irrisorios comparados con lo que se paga hoy en día, convirtiendo a Villa María en una ciudad cara”.
Por todo esto, indicó que a la situación municipal de aquel entonces “hay que analizarla en ese contexto” y como parte de aquel Gobierno señaló que puede “decir con absoluta tranquilidad y transparencia que Villa maría era la menos endeudada de las ciudades grandes de la provincia y prácticamente sin acreencias en dólares, a diferencia del resto”.
Así, evaluó que no cree que “sea un problema para el municipio, luego de la refinanciación negociada con la Nación-Provincia, pagar una cuota de 56.384 pesos, con un presupuesto anual de 473 millones de pesos” y agregó que “tampoco es razón para que se siga declarando la emergencia económica año tras año, como se viene haciendo”.
El dirigente del centenario partido manifestó que “lo que sí debe preocupar al jefe de Gabinete es el monto de juicios contra el municipio por el impuesto a la valija” e informar a cuánto asciende. Dijo que esa controversia judicial “amenaza las finanzas”.
Barotto recordó que “si algo ha caracterizado la gestión del accastellismo es el ocultamiento de la información, para lo cual se han montado estructuras como el Eninder o los Entes, para dificultar los controles”. “Basta ver los innumerables informes del Tribunal de Cuentas”, los que “son descalificados por ser de la oposición”.
Finalmente, sostuvo que “en la voracidad por acumular poder, exportaron la misma filosofía de gestión a la Universidad Nacional de Villa María, con el mismo resultado”, en alusión a presuntas irregularidades detectadas en la casa de altos estudios.