La Justicia de Río Tercero imputó al patovica que habría golpeado brutalmente a Jonathan Maldonado (23) en un boliche de aquella ciudad.
Se trata de un empleado de seguridad de la confitería Violeta, apodado “el Tanque” de quien, curiosamente, aun después de más de 20 días de ocurrido el hecho que se le atribuye, aún no trascendió la identidad verdadera.
Y eso que, según aseguran varios testigos, el hombre es “muy conocido en la región”, particularmente por el trato que tiene con los jóvenes.
A consecuencia de los golpes sufridos, el joven Maldonado fue primero trasladado al Hospital de Río Tercero, donde, según asegura su madre Mary Lara, no recibió ningún tipo de atención y luego fue derivado e internado en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) del Hospital Regional Pasteur, donde permanece en gravísimo estado.
Tras el hecho la familia de Jonathan denunció judicial y públicamente a un personal de seguridad del local bailable, a quien sindicó como el agresor.
Finalmente, la Fiscalía a cargo de Andrea Heredia Hidalgo resolvió imputar por lesiones al patovica.
La querella
Por su parte, la abogada Ivonne Rodríguez, quien se constituirá como querellante particular en representación de los familiares del muchachito, valoró la investigación realizada por la fiscal Heredia Hidalgo y anticipó que pedirá que se investigue “la cadena de responsabilidades civiles” y en ese marco apuntó al boliche y al hospital riotercerense que, sin servicio de terapia intensiva, derivó al joven a Villa María.
Esperando un milagro
En tanto, Mary Lara, asegura que “espera un milagro” que pudiera salvar a su hijo.
Los médicos no hablan de muerte cerebral, pero dan cuenta de un estado de daño neurológico sumamente grave y prácticamente irreversible. Y, aparentemente, no es posible la intervención quirúrgica en este caso.
El caso
Todo comenzó la madrugada del domingo 8 de diciembre cuando Jonathan Maldonado asistió al boliche Violeta de Río Tercero en compañía de unos amigos y protagonizó una discusión con otro joven.
En esa circunstancia, denuncia su madre, fue levantado por el cuello y por atrás por el patovica “el Tanque” y arrojado con violencia dos veces contra una escalera. Ahí, Maldonado recibió un fuerte golpe en la cabeza que lo dejó sin conocimiento.
Y allí comenzó el calvario. Sobre todo porque, al parecer, además de la agresión sufrida, no fue atendido como corresponde en el Hospital de Río Tercero, según la denuncia de la madre.