En Villa María se perderán 6.100 hectáreas de campo. Parece una exageración, pero es así.
Esto es como consecuencia de la ampliación del ejido de la ciudad que establece que la zona hasta entonces rural que circunda esta ciudad, pasa a formar parte de la zona urbana.
En la edición de ayer, dábamos cuenta de la situación de productores que deben pagar a la provincia el Impuesto Inmobiliario Rural y ahora, la Tasa por Servicios a la Municipalidad (ver recuadro).
Sin embargo, la ordenanza de ampliación del ejido urbano tiene otra derivación: la imposibilidad de usar agroquímicos como en el resto de los campos.
Esto es porque la Ley de Agroquímicos establece taxativamente que no se puede aplicar ese tipo de químicos en la zona urbana y, aunque vean soja, trigo o girasol en las 6.100 hectáreas, para la Municipalidad es zona urbana.
Es cierto que carece de calles, de iluminación, de barrido o limpieza, pero es zona urbana según el marco legal vigente.
Además, la Municipalidad adhirió el año pasado a la Ley de Agroquímicos por lo que el órgano de control es la misma comuna y en las zonas grises, el control recae sobre la Comunidad Regional.
Los productores, la mayoría propietarios de pocas cantidades de hectáreas, ya hicieron una presentación por el cobro de Tasas a la Municipalidad. Se verá que ocurre cuando hagan aplicar la ley que prohíbe el uso de agroquímicos.

Propuesta oficial

Desde el municipio, indicaron que están trabajando en propuestas alternativas para ese amplio sector, que triplicó la superficie de la ciudad.
Indicaron que al menos, podrían tratar de promocionar producciones en tres rubros: forestal, frutihortícola y turístico.
Es decir, que no se contempla conservar las producciones agrícolas ni ganaderas.
De esto se desprende que los propietarios verán disminuido el valor de las tierras, hoy cotizadas a valor de hectáreas productivas y mañana, a valor de lotes en la periferia de la ciudad.