El origen de la tremenda inundación sufrida por Hernando este fin de semana hay que buscarlo aguas arriba. Por más cosas que se hubiesen podido mejorar en el sistema de canales locales, nada hecho cuenca abajo podría haber evitado la inundación con un frente de agua como el que vino.

Así lo asegura un informe periodístico de la emisora radial RH1, que junto a un productor rural de la zona de General Fotheringham recorrió la cuenca media y pudo ver cómo el agua “se armó” para llegar a través de los campos y no sólo rebasar sino pasar por el costado y superar el canal derivador primero y el central después. Viendo el volumen de agua y la extensión del frente líquido, puede causar hasta gracia pensar que el derivador puede evitar la inundación. Claro está que semejante volumen de agua se da únicamente cuando la lluvia cae de manera rápida, copiosa y generalizada como ocurrió el sábado cuando llovieron, en algunos casos, hasta 190 milímetros en un lapso de dos horas. Nadie puede determinar tampoco con qué alternancia se puede dar este tipo de fenómeno. El último había ocurrido 20 años atrás, en 1993, cuando Hernando se inundó tres veces en 15 días.

 

La recorrida

 

Llegando a la localidad de General Fotheringham y tomando el camino que va hacia Las Isletillas o, si lo prefiere, a la escuela de Campo Chilo pudo verse el domingo por la tarde el agua proveniente de la Zanjita, de la zona de Tancacha. Esa agua corriendo en paralelo por el camino se encontró con la gran masa de agua de los campos que en un frente de 1.600 metros y unos 60 centímetros de profundidad atravesó y derribó alambrados y postes para llegar sin control a la zona oeste de Hernando.

En su camino, en inmediaciones del campo de Constantino, se encontró con otra gran fuente de agua: la que se encauza a través de la gran cárcava que tiene unos 30 metros de ancho por unos siete de profundidad. En esta ocasión con el agravante de que esa cárcava se amplió hasta alcanzar en su inicio unos 100 metro de extensión. Esa agua es la que proviene de la zona de La Primavera, Los Tres Pozos, Las Gamas y Los Cóndores.

Esas dos grandes fuentes de agua, más otras que también se sumaron, penetraron en Hernando derribando todo a su paso y así de manera descontrolada, tras superar todos los canales aliviadores previstos, inundó barrio San Martín, barrio Belgrano, calle Cochabamba hasta buscar salida por las calles de desagüe hacia la salida natural por calle Venezuela y el canal Norte. Claro que al ser tan grande el caudal y generar un tapón en las alcantarillas de la ruta 10 también fue inundando otras calles y sectores en busca de salida.

Observar in situ el origen del problema despeja toda duda posible en el sentido de que no hay obra hecha cuenca abajo que pueda evitar el desastre que padecimos este fin de semana.

 

¿Hay solución?

 

Según coinciden técnicos y productores, la única solución es frenar el agua en la cuenca alta en la denominada zona de Martinelli en Río Tercero y desde allí sistematizar, aguas abajo, los campos con micro embalses que frenen la velocidad de la masa líquida y de paso, al retenerla, que el agua pueda ser aprovechada por los cultivos.

De todas maneras, aún con esas obras en el origen y esa sistematización completa sólo habría disminuido la intensidad del problema en un 30% lo que no es poco si se tiene en cuenta el caudal recibido y la velocidad del paso del agua. Además, las obras permitirían que los canales y campos dejaran de ser pistas de agua para transformarse en mini estanques que se traducen en mejores rindes.

Es ahora el momento en que las autoridades provinciales y nacionales, al igual que los productores, deben entender que la solución pasa por ahí y se deben generar políticas oficiales en ese sentido que sean entendidas y respetadas.