Elsa Commini, viuda de Aprile (ya que todos la conocen con ese apellido) tuvo su despedida de soltera el viernes por la noche.
Al igual que los eventos que acostumbran a realizar los jóvenes, la fiesta no tuvo nada que envidiar a aquéllas.
Las familiares mujeres de la novia organizaron el evento en el salón del Centro Vecinal del barrio San Juan Bautista de la ciudad a las 21.30.
Allí se acercaron sus hijas, nietas, nueras y unas pocas amigas, la mayoría de estas últimas se ausentó por su edad.
La fiesta incluyó una cena y baile, sin alcohol para respetar la voluntad de la futura esposa.
“Negrita” se disfrazó de color rojo con un traje tipo charleston y la llevaron a pasear por la costanera y el centro en auto al son de las bocinas en augurio de felicidad.
Y comentó “yo lo hice para disfrutar de la compañía de mis hijas, nietas, nueras que estuvieron muy contentas conmigo”.
Luego a las 2 de la madrugada dejaron a la señora en la casa del novio, donde él comentó con tierna inocencia “hicieron tanto ruido que tendré que salir a disculparme con todos los vecinos.
Yo decidí no hacer despedida de soltero porque estuve en muchas y son muy bravas”.
Son un verdadero ejemplo de entereza y demuestran que a la vida no sólo hay que transitarla con resignación por los vaivenes de la rutina y las normas preestablecidas, sino como una aventura sin perder la capacidad de sorpresa.