El Establecimiento Penitenciario Nº 5 de Villa María tiene nuevo director, según adelantaron fuentes consultadas por EL DIARIO. Se trata de Gustavo Molina, quien había sido subdirector en tiempos de conducción de Estela Grognoletti.
Molina sería oficializado esta semana y viene a suceder a una corta dirección de Sandra Liendo, quien había quedado momentáneamente al frente ante la salida de Carlos Cortez, precisamente quien remplazó a Grognoletti cuando ésta se jubiló.
La ida de Cortez habría sido por decisión de sus superiores, habida cuenta de diversos conflictos que se suscitaron dentro del penal de barrio Belgrano, en el que cunde cierto malestar (ver "Crisis en...").
Uno de los desencadenantes de su final habría sido la trascendencia que tuvo, hace tres meses, el hecho de que internos se fotografiaran con dinero, celular o droga dentro del establecimiento carcelario.
También lo golpeó la denuncia que hizo la hermana de un hombre privado de su libertad de haber sufrido una violación mientras estaba preso, aunque luego esa versión perdió credibilidad.
Molina sería una persona respetada en el sistema, perteneciente al área de seguridad. Una alta fuente que conoce las internas de la cárcel local lo definió ayer, ante la consulta periodística de este matutino, como “el hombre adecuado para dominar este espacio”. “Es muy organizado para trabajar, sabe mucho de seguridad, tiene buen manejo y llegada tanto con el personal como con los empleados”, abundó el consultado. Añadió que “es muy laburador y está siempre en la cárcel”.
Incluso, este medio conoció que Estela Grognoletti lo había señalado y avalado para ser su sucesor en el cargo cuando ella dejó la penitenciaría villamariense.
No obstante estos antecedentes, se supo que Molina no tendría del todo una buena relación con el jefe del Servicio, Juan María Bouvier.
Otra fuente consultada también lo sindicó como el hombre “ideal” para dirigir la institución y agregó que “no se casa con nadie”, en alusión a cierta independencia.
Cortez, en tanto, ya dejó el sillón principal, luego de una gestión de muy bajo perfil. De hecho, nadie informó oficialmente su salida ni su remplazo y durante su mandato hubo poco y nada del vínculo entre la cárcel y la sociedad, algo que estaba aceitado durante la gestión Grognoletti, cuando se sabía sobre los trabajos que se realizaban con internos en pos de su reinserción y conducta.
Por su lado, Sandra Liendo, la mujer que estuvo en la cúpula directiva en los últimos años y con buena imagen, pasó a retiro.
Cortez había llegado al cargo principal precisamente hace dos años, en enero de 2012, cuando se jubiló Grognoletti, que dirigía desde 2008 y que estuvo casi tres décadas en el penal, al que ingresó como psicóloga y le dio su impronta.
Crisis en recursos y quejas del personal
La cárcel de barrio Belgrano atraviesa un duro momento en cuanto a recursos. Así lo confirmaron fuentes consultadas por este diario, a raíz del cambio de Dirección.
“El mismo malestar que tuvo la Policía y que desencadenó en el acuartelamiento, se vivía en el Servicio Penitenciario. Ellos (por los policías) se adelantaron”, dijo uno de los consultados. Cuentan que hay carencias en la limpieza, que falta personal y que la Provincia está ausente en la provisión de los recursos necesarios.
Trascendió que días atrás, agentes salieron hacia el Hospital Regional Pasteur con dos internos y el móvil no arrancó. Tuvieron que pedirle ayuda a la Policía. Un signo de la falta de elementos para trabajar.