El 90% de la matriz energética remite a los hidrocarburos y esa es la cuestión de fondo de la crisis energética mundial, también en la Argentina.
En este plano vale discutir la diversificación de la matriz energética, habilitando un debate sobre fuentes alternativas de energía, algo que los monopolios del petróleo no favorecen. La sociedad mundial está presa del chantaje de las petroleras y su voracidad por la acumulación de ganancias, de riqueza y de poder.
¿Qué tienen que ver los hidrocarburos con la electricidad y los cortes de luz?
Mucho, pues sin ellos no funciona la generación de electricidad y luego no circula y no se atienden las necesidades de unos usos extendidos de aparatos eléctricos para que funcione todo o casi todo en el hogar: no sólo la luz, sino la pava eléctrica o el horno a electricidad, la TV o la computadora, el aire acondicionado, la bomba del agua, incluso Internet y el teléfono inalámbrico.
Las nuevas construcciones están subordinadas o, si se quiere, más adecuadas a la electricidad que al gas. Todo funciona a electricidad, ya que el acceso al gas y las dificultades para su instalación motivan la preferencia por adecuar toda la construcción al sistema eléctrico.
Por eso algunos comentarios facilistas sugieren que el problema es de los usuarios que usan mucho los artefactos eléctricos en el hogar, entre ellos, el aire acondicionado.
Un estudio reciente de la Federación de Trabajadores de la Energía, la Fetera (entidad adherida a la Central de Trabajadores de la Argentina -CTA-), da cuenta de que el consumo de los acondicionadores de aire sólo insume el 8% del consumo eléctrico contra el 30% de las lámparas diversas.
Con ello queda claro que más importante resultaría modificar el uso de las lámparas por otras de bajo consumo, quizá al estilo cubano, que ante la crisis energética en la isla, no se dudó en cambiar todas las lámparas domiciliarias por nuevas de bajo consumo. Se hizo para toda la población con un ahorro de consumo energético importante. Según especialistas, eso podría significar en la Argentina una parte menor de los subsidios anuales que embolsan las empresas.
¿Matriz de consumo o modelo energético?
Pero más allá de bombitas de luz, el problema no es el consumo, sino el modelo energético que supone a los hidrocarburos y también a la generación y a la distribución de electricidad. No deben separarse en el análisis y por ello hay que discutir el modelo energético en su conjunto, por lo menos, en dos direcciones.
Una de ellas remite a discutir la cuestión de fondo: ¿energía para qué, para quién, el cómo de su producción y las fuentes energéticas?
La respuesta nos lleva a discutir el modelo productivo y de desarrollo, tanto como las asociaciones de las empresas energéticas con empresas extranjeras y asociadas a satisfacer la demanda de un sistema productivo de monopolio para las ganancias empresarias.
La otra nos posiciona en el modelo actual, de privatizaciones operadas en los 90 y continuadas desde entonces, salvo aquellas en franco deterioro como el Correo Argentino, las líneas ferroviarias, las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP) en plena crisis mundial (2009) o la propia Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), expropiada parcialmente sin modificar su carácter de Sociedad Anónima (SA), por lo que se explican las cláusulas secretas con Chevron. Por esas privatizaciones existen cuantiosos recursos innecesarios que se apropian los directores, asesores y burócratas de un conjunto de empresas que se apropiaron y explotan un “servicio público” como una “mercancía” y eso explica que pidan pista libre para la suba de la tarifa. No les alcanza con la tarifa más el subsidio y quieren la lógica del mercado, con tarifa liberada y que el servicio se brinde a quien pueda pagarlo.
No caben dudas de que hay que modificar el modelo energético y el productivo a él asociado. Es un debate profundo y no pasa por las empresas ni por los precarios entes de regulación. Es un desafío para la sociedad argentina, que necesita hacer un balance de 20 años de privatizaciones y extranjerizaciones para restituir el carácter de derecho a la energía.
Julio Gambina
Agencia CTA