Con toda esa linda locura que sólo brinda la gran felicidad. Así se mostró Germán Vicario quien celebró muy eufórico el título, prácticamente se recorrió todo la cancha mostrando su felicidad, mientras recibía las felicitaciones de todo un pueblo, los elogios de sus jugadores y los abrazos de los amigos de siempre y sus familiares.

No era para menos la felicidad de Vicario, quien vio cumplir su gran sueño después de muchos años de buscarlo con notable sacrificio y entereza y entremedio haber tenido que superar las amarguras de las finales perdidas.

Entonces, ese grito de campeón que tenía contenido dentro suyo, al fin se escuchó. Y así lo describió: “Es un festejo que tenía contenido desde hace bastante tiempo. Hace siete años que la peleo porque me gusta mucho el fútbol y seguramente con muchos errores, pero con muchas ganas porque esto acarrea mucho sacrificio”.

Y argumentó: “Algún día a las buenas personas, como dice ‘Pelé’, la vida le devuelve algo y hoy (por ayer) conseguimos lo que tanto buscamos”.

Para Vicario, en tanto, el título fue el fruto a un proyecto, y así lo describió: “Siempre les decía a los dirigentes que no es fácil pegar en el primer torneo, luego nos costó en el segundo y en el tercero, pero esta vez se nos tenía que dar, no sé si por cansancio o por porfiados, pero gracias a Dios estamos festejando”.

El entrenador, además, resaltó a sus dirigidos: “Se merecen este título porque son unos pibes bárbaros, se las bancaron y tal vez me aguantaron muchas cosas, pero todo trabajo tiene sus frutos y tienen muy merecido este festejo”.

En otro punto, brindó las razones del título: “Somos campeones porque estos pibes juegan bien al fútbol, tienen ganas, se comprometen y porque en ningún momentos dijimos que íbamos a ser campeones hasta que Julio Fernández pitó el último silbato. Es que, así somos nosotros, es nuestro perfil y se los marcó siempre y además porque la rompen adentro de la cancha. Y por todo eso uno grita campeón”.

En tanto, Vicario recalcó el temple de su equipo para superar adversidades muy fuertes que les tocó en esta etapa: “En los momentos duros siempre nos levantamos. Los primeros seis meses fueron muy bravos con la lesión de Diego (Fantino), de ‘Luquitas’ (Bolatti), quien estuvo al borde de la muerte y luego se unió más al grupo que nunca, y en esta última parte se la bancaron mucho, no mezquinaron nada, dieron siempre la cara… Por eso, estoy muy orgulloso del equipo que dirijo y los felicito”.

“Este grupo humano supo lo que podía jugar y acá está el premio”, agregó a continuación y, en lo individual, elogió a Páez: “A Ayrton paré un poco de alabarlo este año, pero él está para otro nivel, nada más que no se convence en salir. Si eso pasa, él puede jugar en cualquier lado de Argentina y del mundo. Es un adelantado, un fenómeno y, aparte, le gusta entrenar le molesta cuando no puede hacerlo y es muy buena gente, que es lo que más rescato”.

Y, para cerrar, destacó: “En lo personal fueron siete años de mucho esfuerzo para llegar a esto y en los dos últimos años viajando permanentemente, dejando muchas cosas de lado, como la familia, a mi novia que me banca que llegué una y pico de la mañana, de mi hijo que se aguanta el no estar uno permanentemente en casa o de mi viejo, que me alentó siempre. Entonces, por todo eso se alegra uno con este título porque sabe del sacrificio que hace para todo esto”.

 

"Pelé" Andrada

 

 

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