Cuando la historia futbolera de Ticino haga un repaso por sus momentos más gloriosos, habrá que detenerse en la página que acaba de escribir el equipo de Germán Vicario.
Atlético se convirtió ayer en el nuevo monarca del fútbol local, por segunda vez en su vida, tras igualar sin goles ante Rivadavia, y decretó el inicio de 2014 como la apertura de otro capítulo respetable de estas tierras, el que dice que acá, a pesar de que a veces no se juega bien, hay tipos que enaltecen lo distinto, lo elogiable.
Un equipo prácticamente sin grandes fisuras ni grandes contrataciones llegó a la cúspide por la grandeza de su camada juvenil, la mano de su joven DT y el empuje de todo un pueblo que supo generar ese clima de fortaleza en su cancha que ayer no pudo tumbar ni el mismísimo Rivadavia, un elenco acostumbrado a poner el pecho en cualquier lado, como lo había demostrado ganando el Apertura.
Entonces, la celebración del final, después del silbatazo de cierre de Julio Fernández, tuvo un colorido y un ruido especial en toda la población ticinense.
Más allá de que se trataba del segundo título y que la espera por otra vuelta databa de 2005, la gesta se magnificó porque casi todo salió desde las entrañas mismas de Ticino. Y como bandera demostrativa de semejante mérito, ahí lo tienen a Páez, el pibe diez, don Ayrton. Un crack que aggiorna nuestro fútbol, por aquello de encontrar en un jugador la velocidad, la precisión, la guapeza y la gambeta. Mucho de todo. Y en frasco chico.
Envueltos en confianza por su número diez, más el resto de los acertados intérpretes, los hinchas del Atlético se tuvieron fe, a pesar de que Rivadavia asomaba mostrando sus dientes.
Un ganador nato en el banco rival, Marcelo Santoni, no iba a dejar llevarse por delante así nomás. Por eso cambió el esquema en la previa.
Luego de perder (1-0) en Arroyo Cabral, el "Chelo" puso esta vez tres delanteros, quedó con tres en el fondo y movió las piezas en el medio, donde Franco Santoni fue por el medio y Leonel Strumia debió trabajar por afuera.
Las variantes fueron tales que hasta el héroe de las finales del Apertura, el "Pollo" Garis, ni siquiera fue al banco.
Claro que adentro estaba Federico Ferrer y que volvía Rodrigo Santoni. Y atrás también regresaba Leandro Márquez.
Lo concreto es que Rivadavia necesitaba actuar con una mayor dosis de precisión en la zona de volantes y casi que no pudo hacerlo en toda la serie final. Encima la revancha de la víspera lo encontró a Ticino más precavido, aunque Vicario mantuvo a los mismos once iniciales que jugaron el partido de ida.
La línea de cuatro del fondo local entendió que había que organizarse para no padecer problemas, con el soporte de Juan Bianchi por delante y dos volantes externos que, esta vez, defendieron más que en otras oportunidades.
A Rivadavia le costó penetrar ese vallado; fue al frente sin el toque pulcro en los metros finales y el partido se tornó áspero desde arranque, con los centrales de Ticino, Lucas Damiani y Mauricio Savino, convertidos en figura por anticipo y marcación, más allá de las acciones iluminadas de Páez, quien generó dos o tres situaciones como para demostrar que podía ser su tarde.
El sombrerito que el petiso la tiró a Márquez, en una baldosa, fue lo más interesante de los primeros 45 minutos, a pesar de la baja sensible de Andrada (por lesión), quien debió ser remplazado por Francisco Santunione, antes del entretiempo.
Rivadavia necesitaba cambiar su fisonomía para encontrarle la vuelta al local, por eso Santoni se la jugó con el ingreso de Franco Gozzerino en el arranque del complemento (a los 2 minutos sacó un disparo cerca del travesaño), para luego optar por las gambetas de Nicolás Ponce. Atlético también buscó soltar mejor a Manzanares y Carranza, para acompañar a Páez y Coria, quienes resultaban decisivos para hacer correr a toda la defensa "Verde" y provocar tiros libres.
Precisamente, Páez estuvo cerca de festejar su gol con dos remates de pelota parada, uno que reventó el travesaño y otro que salió apenas desviado. Además, fabricó una jugada sensacional que Manzanares, con la mano, quiso ponerle el broche de frente al arco.
De todas maneras, por entonces Rivadavia había profundizado sus avances, sobre todo cuando parecía surtir efecto el ingreso de Julio Gastaldi, quien hizo revolcar a Emiliano Rodríguez con un zapatazo desde afuera del área.
El partido prometía mucho y se desnaturalizó a los 25 m, cuando Ponce volvió a hacerse expulsar por agresión (lo mismo que en la final pasada) y en la batahola también se ganó la roja Savino.
Quien parecía perder con las tarjetas al aire era Ticino, sobre todo por lo que significa el central experimentado para ordenar a los suyos. Sin embargo, Vicario leyó la situación y puso a Bettiol para reubicar a la última línea. Rivadavia entró en desesperación y, minutos después, se quedó con nueve porque Gozzerino metió un planchazo. Igual Rodrigo Santoni buscó la última, a los 45 minutos, y el centro final no encontró un destino claro.
Atlético Ticino aguantó con personalidad y terminó erigiéndose en el mejor de todo el Clausura cuando el árbitro, a los 50 m, marcó el final del juego en la noche.
Cientos de ticinenses, de todas las edades, se fundieron en un abrazo gigante que contrastó con la salida cabizbaja de los 500 cabralenses que habían viajado con la misma ilusión.
Los Páez, los Coria, los Acosta, los Savino, festejaban en la cancha con los Oggero, los Negrini, los Fantino... Aquellos de 2005 que anduvieron por ahí, reviviendo el éxito.
En el corazón de la cancha, los colores rojo y blanco predominaron la escena, se pegaron como estampita en el campeonato y quedaron brillando, como los ojos emocionados de su gente.
Primer tiempo:
7 m- Páez va por izquierda y toca para Carranza, quien le pega cruzado y afuera.
15 m- Tiro libre de Franco Santoni. A las manos de Rodríguez.
23 m- Pared entre Ferrer y Domínguez en el área rival. "Fede" se demora en rematar y cae.
26 m- Tiro de esquina. Savino gana en lo alto, pero cabecea desviado.
28 m- Franco Santoni prueba de lejos. La pelota rebota y se va.
Segundo tiempo:
2 m- Gozzerino prueba desde afuera. Muy cerca del travesaño.
5 m- Tiro libre de Páez. El balón revienta el travesaño.
7 m- Tiro libre Rivadavia. Garis le gana a Bianchi en el área y le pega desviado, de zurda.
12 m- Otro tiro libre de Páez, esta vez por encima del parante superior.
19 m- Páez la roba y envía el centro. Manzanares la mete, pero con la mano. El árbitro anula la acción y amonesta al ex-Española.
21 m- Remate violento de Gastaldi, desde afuera del área. Rodríguez vuela y la saca con una mano.
25 m- Ponce le pega con el puño a Coria. Savino se acerca para empujar. Ambos se van expulsados.
29 m- Gozzerino la entretiene, pero la pierde. Cuando le quitan la pelota, mete un planchazo y lo expulsan con roja directa.
38 m- Tiro libre de Rodrigo Santoni. Gastaldi le pega desde afuera, pero desviado.
42 m- Páez y Bertola encabezan una contra. Carranza recibe solo por izquierda, pero la desperdicia con disparo alto.
43 m- Centro que cabecea Gastaldi. Afuera.
45 m- Rodrigo Santoni encara con velocidad en el área y toca al medio, pero la sacan con lo justo.
"En este año nos pasaron muchas cosas como lo de Lucas (Bolatti) y las lesiones de Fantino o Bértola. Y esto es difícil asimilar en el medio de un torneo para un grupo de jugadores muy jóvenes. Sin embargo, ellos estuvieron a la altura de las circunstancias y por eso me pone feliz el título". Claudio Andrada
Al igual que en la serie final del Apertura, la del Clausura sólo registró un gol. En el certamen pasado, Rivadavia ganó 1-0 en la ida, con gol de Franco Garis, y luego empató sin tantos ante Alem, en Plaza Ocampo. Esta vez, Manzanares metió el de la ida, en Cabral, y ayer Ticino se coronó al empatar sin abrir el tanteador.