Según datos de la AMIP (Administración Municipal de Ingresos Públicos), de la sección Rentas de la Municipalidad, el número de locales o stands rondan la cantidad de 150, con un valor de 1.000 pesos por todas las noches que dure la fiesta de los villamarienses.
Los espacios comerciales para artesanos y vendedores están algunos cubiertos por carpas y otros son a cielo abierto.
Se está notando la llegada de los comerciantes callejeros a la ciudad acupando sus espacios. Los primeros, son los conocidos africanos con sus consabidos paragüas y su clásica bijouterie.
Ellos hacen del predio costanero, el más cosmopolita con la convivencia natural de los habitantes del norte de nuestro país, con sus rasgos aindiados y los hermanos africanos, quienes le ponen otro colorido al festival.
Si se quiere una crítica, la venta de ropas, remeras u otras con confección industrial, no cabe dentro del ámbito del predio festivalero que debería albergar a artesanos de verdad.