Desde el domingo se hallan en nuestra ciudad Maia Maseda y Facundo Tetro, integrantes del circo criollo "Tibia y Peroné".
Dueña de una forma de vida muy particular, la pareja partió de Rosario hace un mes, y planea viajar por América en bicicleta, junto a su pequeño hijo Homero y el perro Inti.
Maia ("Tibia") es oriunda de la mencionada ciudad santafesina y estudió Diseño de Interiores. Facundo ("Peroné") es de Monte Grande, Buenos Aires, y realizó estudios de Turismo.
Ambos poseen 28 años de edad y han decidido poner proa hacia el país de los aztecas viajando en bicicleta, pero con la particularidad de que lo hacen por los caminos de tierra paralelos a la ruta. Si la suerte se los permite, mudarán de vehículo hacia una carreta con caballo, lo que les permitirá transportar de manera más cómoda los 140 kilogramos de equipo que trasladan, y un posible heredero más, lo que ampliará así la familia de los cirqueros.
En sus alforjas llevan lo necesario para actuar: trompetas y otros instrumentos, malabares, y elementos de acrobacia.
Autodefinidos como "nómades vivenciales y existenciales" los viajeros no tienen claro por dónde llegarán a destino, ya que según afirmaron "sólo ponemos una meta, el camino lo marca Dios".
Amantes de una especial forma de vivir, admiten que "vivimos en el milagro permanente, y recibimos la solidaridad de mucha gente". No se inclinan por ninguna corriente filosófica, ni por religión alguna. Sólo los lleva la consigna de que "con casi nada, podremos sobrevivir".
Además del circo, se dedican a vender artesanías, aunque prefieren el trueque, más que el dinero. Y cuando las circunstancias lo imponen "cazamos y pescamos".
Por cierto, no disponen de teléfono celular, y si bien tienen en funcionamiento un perfil en Facebook, en cuestión de días lo cerrarán, ya que para ellos "lo importante es el trato de persona a persona".
A diferencia de otros viajeros perennes, Maia y Facundo prefieren trasladarse por sus propios medios, sin apelar a pagar pasajes o a hacer "dedo".
Esta cosmovisión no está exenta de confrontaciones negativas. "A veces tenemos problemas con las autoridades", admiten, pero ello no los acobarda. Tampoco las recriminaciones familiares: "No soy hijo de, yo me pertenezco a mí mismo", expresa Facundo.