Como una maldición gitana, desde hace 40 años se repite la historia en el sector lácteo, produciendo un círculo vicioso que empieza con el aumento de la producción, la consecuente baja de precios al productor y la inevitable baja de producción que trae nuevamente una mejora en los precios, para entonces recomenzar el ciclo.
Los productores quieren salir de esa encerrona, dado que entienden que está en la naturaleza de la actividad económica tratar de producir más, pero, ¿cómo se puede lograr sin que eso redunde en pérdidas para el sector?
Diego Manavella, presidente de la Cámara de Productores Lecheros de Córdoba (Caprolec), dijo que precisamente es lo que le pidieron al ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, cuando visitó Villa María. Aunque recordó que es un viejo reclamo de los productores “el contar con un instrumento legal que forme una mesa de discusión entre todos los actores del sector y con el Estado como árbitro, para instrumentar políticas anticíclicas que nos permitan amortiguar los efectos de los vaivenes de la producción”.
Al ser consultado sobre las razones por las que aún no está la reclamada ley de lechería, dijo que, como en todas las actividades económicas, hay puja de intereses “y debe ser que los representantes del sector industrial han sabido jugar mejor que nosotros”.
A la hora de hacer un balance, indicó que 2013 termina “con números positivos para el productor, que vivió con alivio la recuperación de precios que se empezó a dar a fines de 2012. Aunque hay que señalar que esto es en los papeles, pero en el campo, en la economía de cada uno, te puedo decir que el productor quedó muy asustado con lo vivido en 2012, cuando lo que cobrábamos no alcanzaba a cubrir los costos. Esa situación tuvo consecuencias que se sienten todavía hoy, porque produjo endeudamientos y baja de producción”.
Estima que en el año que se inicia, al menos tendrán un primer semestre con precios estables. “De todas maneras, nuestra espada es que al no haber nadie que regule el tema de los precios, es la industria la que sigue diciendo cuánto vale lo que nosotros producimos”, concluyó.